Tarragona descarta asumir el 100% del coste del Banco de España para evitar «un nuevo Jaume I»

El gobierno municipal busca vías alternativas para financiar la obra tras el portazo de los Next Generation, que el exalcalde Ballesteros (PSC) califica como «el enésimo fracaso de Ricomà»

04 abril 2023 21:13 | Actualizado a 05 abril 2023 07:00
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El Ayuntamiento de Tarragona no afrontará únicamente con recursos propios la inversión prevista de 7,4 millones de euros para convertir el antiguo edificio del Banco de España en el futuro Banc de la Ciència i el Coneixement. Así lo anunció ayer el concejal de Serveis Generals, Jordi Fortuny (ERC), solo 24 horas después de conocer que el proyecto tarraconense no ha sido una de las 181 intervenciones en inmuebles públicos del Estado que han logrado ayuda europea por parte de los Fondos Next Generation.

En principio, el plan del gobierno municipal (Esquerra-Junts per Tarragona-CUP) era repartir el coste de la reforma entre los recursos de las arcas municipales y la subvención continental. De esta forma, el planteamiento de la Plaça de la Font era que el 56% del gasto fuera a cargo del consistorio (más de 4 millones de euros), mientras que 3,2 –un 44%– se esperaba que llegaran desde las subvenciones continentales. Ahora, sin embargo, el portazo del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana supone un importante contratiempo a nivel económico, ya que a día de hoy el plan para reabrir –dos décadas después– el equipamiento de la Rambla Nova tiene un agujero de más de tres millones de euros.

Consciente de la gravedad de la situación, el primer teniente de alcalde y máximo responsable de la hacienda local, Jordi Fortuny, dejó claro ayer que la corporación local descarta asumir el 100% de la inversión. «No lo haremos. No estamos en condiciones de afrontarlo y, además, sería una irresponsabilidad brutal ir convirtiendo cada proyecto en un Jaume I», afirmó ayer el concejal de ERC en referencia a la desastrosa obra de la Part Alta para intentar construir en 2002 un aparcamiento soterrado que debía costar 3,9 millones de euros pero por el cual ya se ha generado una deuda de más de 30 millones sin que en 2023 el parking haya podido abrir nunca.

«No queremos endeudar más al Ayuntamiento. Al revés, lo que debemos hacer es bajar deuda y sanear las cuentas. Recuerden que todavía arrastramos créditos del parking Jaume I», detalló Fortuny, quien considera que, en estos momentos, la ciudad «tiene otras obligaciones que no pueden verse hipotecadas, ya que no tenemos todo el dinero del mundo». En este sentido, el primer teniente de alcalde recordó que «debemos afrontar las consecuencias de la tormenta de Santa Tecla, mejorar el espacio público o conservar el patrimonio» y «no repetir sobrecostes como el del Teatre Tarragona, que se disparó hasta los 12 millones».

Por ello, Fortuny avanzó que el ejecutivo ya está estudiando «vías alternativas» para financiar las intervenciones, que podrían ser «subvenciones directas, nominales o con colaboraciones».

En la misma línea se expresó el portavoz del grupo municipal de ERC, Xavier Puig, quien en declaraciones al Diari recalcó que «lo que no vamos a hacer es entrar en un camino de gasto desbocado ni de patada hacia adelante. De experiencias nefastas como el Jaume I, Tarragona aún paga sus consecuencias». Puig reconoce que el «no» de los Next Generation es un «contratiempo» que «revertiremos con nuestro proyecto, con complicidad con los vecinos y proyectando la Tarragona científica como ciudad educadora que somos», mostrándose convencido de que «encontraremos la financiación necesaria para realizar un equipamiento viable económicamente, útil socialmente y que nos enorgullezca como ciudadanos».

PSC y Junts cargan contra ERC

El PSC se mostró especialmente duro con el gobierno municipal tras conocerse la pérdida de los tres millones de los Next Generation, que se suman a los que el Ayuntamiento no ha podido ejecutar pese a haber logrado dos de los Fondos Feder en 2019 cuando gobernaban los socialistas con el PP. «Es el enésimo fracaso del gobierno de Ricomà. Deben asumirse responsabilidades al máximo nivel, esto debe costarle la silla a alguien», declaró el exalcalde Josep Fèlix Ballesteros, quien lamenta que «se hayan perdido miserablemente cuatro años por no priorizar un proyecto que se identificaba con nuestro gobierno».

A juicio del exmáximo representante municipal entre 2007 y 2019, «lo que debería haberse hecho es adaptar en seis meses nuestro proyecto de 2018 y adelantar, con recursos propios, el coste de las obras para posteriormente recuperar, en parte, el gasto con subvenciones» ya que, por ejemplo, «más de un millón de euros se podría haber invertido en este proyecto emblemático y no en el estudio de la calidad del aire que debe hacer la Generalitat o en los carriles bici».

También de manera muy crítica se expresó el alcaldable de Junts per Catalunya, Jordi Sendra, quien denunció la «incapacidad» y la «incompetencia» del actual ejecutivo de la Plaça de la Font, tanto en este caso de los fondos europeos como con «el contrato de la limpieza o el Servei d’Atenció Domiciliària». Se da la circunstancia de que Sendra realizó las manifestaciones junto a su número ‘2’ de cara a las elecciones municipales del 28M, Elvira Vidal, quien precisamente forma parte del gobierno local como concejal de Parcs i Jardins, Contractació i Capacitats Diverses.

División en el gobierno local

Precisamente, la noticia sobre la no financiación europea ha generado división en el gobierno de la Plaça de la Font. «La oportunidad se perdió en la anterior ocasión cuando, por anomalías administrativas, se dejó escapar el fondo Feder», afirmó ayer el portavoz de Junts per Tarragona, Dídac Nadal, quien lamenta que «la ciudad ni se merece ni se puede permitir perder oportunidades».

Eva Miguel (CUP) tampoco se mordió la lengua. «El proyecto del Banco de España es un nyap faraónico, al más puro estilo Ballesteros, al que se ha intentado encontrar la solución más posibilista para no hipotecar aún más las arcas municipales», indicó la portavoz de la formación cupaire, quien se desmarca de Esquerra Republicana al pedir que «ante los últimos hechos es necesario hacer una consulta ciudadana para decidir el futuro del equipamiento e intentar abandonar toda esta rémora del PSC».

En este sentido, ayer la Associació de Veïns Tarragona Centre pidió en la red social Twitter «repensar el proyecto» y «recuperar la propuesta» que la entidad presentó en 2017 para convertir el espacio en un emplazamiento de «libre acceso, con zona para lectura, sala de actos, ludoteca y un espacio para entidades», compartiendo el uso del edificio de la Rambla Nova «con una oficina de turismo y un bar-restaurante».

Esta propuesta se adaptaría a la voluntad de Ciutadans. «Siempre hemos estado en contra del Banc de la Ciència. El consistorio no tiene capacidad económica para afrontar este proyecto, que es humo de la época del PSC que ha evidenciado la falta de liderazgo del gobierno de ERC», afirma Lorena de la Fuente, quien apuesta por ubicar en el número 101 de la Rambla Nova «el Patronat Municipal de Turisme». Finalmente, José Luis Martín (PP) lamenta que «la incompetencia del gobierno de Ricomà nos haga perder otro proyecto, que se inició de la mano de Alejandro Fernández». Tras veinte años cerrado, el Banco de España sigue sin dinero ni horizonte.

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