‘Glamorous’: un ‘Orgullo’ de serie

Si algo hay que reconocerle a Netflix es que tiene un excelente don de la oportunidad y que no le importa meterse en según qué jardines, por poco políticamente correctos que sean para algunos hoy en día.

En el mes del Orgullo acaba de estrenar Glamorous, una serie enfocada desde el mundo queer con un protagonista que se reconoce no binario y cuya trama se desarrolla dentro de una gran empresa dedicada a la alta cosmética.

Marco (Miss Benny) se siente estancado en la vida, con su trabajo en unos grandes almacenes vendiendo maquillaje y dedicando todos los ratos libres que tiene a ser influencer y youtuber de moda y cosmética con más bien poco éxito. Hasta que consigue el empleo soñado con la legendaria empresaria, Madolyn Addison (Kim Cattrall), una famosísima exmodelo con la que coincide un día en su trabajo y que, encantada con su frescura y naturalidad, le ofrece ser su asistente e irse a trabajar para ella en la empresa que fundó.

Netflix no ha reparado en gastos a la hora de plasmar este mundo excesivo y elegante y ha hecho un despliegue de medios digno de una gran producción. Una muestra de ello la tenemos en el maravilloso vestuario que luce la protagonista, Kim Cattrall, que hace que por momentos nos recuerde a su gran personaje de Samantha Jones en Sexo en Nueva York. No en vano la encargada de vestuario es la misma persona, Patricia Field, gran amiga de Cattrall.

Naturalidad ante todo

Con los tiempos que corren, y no solamente en nuestro país, es de agradecer la normalidad con la que Glamorous aúna personajes con todo tipo de inclinación sexual. El colectivo LGBTIQ+ está ampliamente representado en la serie con su protagonista a la cabeza, Marco (Miss Benny), una persona que con unos taconazos de veinte centímetros se come el mundo.

Asimismo, si miramos la trama seguro que nos va a recordar en algún momento a la maravillosa película protagonizada por Meryl Streep El diablo se viste de Prada, pero hay que decir que el guion no es tan brillante. Tal vez se abusa de la temática gay centrándose mucho en todo lo que la envuelve, dejando de lado el lado más intrigante que es descubrir cómo Madolyn Addison va a sacar de la quiebra a su empresa y quién es el topo que trabaja para ella y que está a punto de hundirla.

Ambos conceptos son totalmente compatibles, pero uno ha quedado diluido por la potencia visual del otro.

Las relaciones personales de los personajes van a todo tren y no hay un desarrollo calmado, aunque no todo es un aquí te pillo aquí te mato, la tranquilidad en determinados momentos se hubiera agradecido. Mientras, hay personajes infantilizados, como es el caso de Zane Phillips que interpreta a Chad, el hijo de Madolyn, y que parece un niño grande jugando con la empresa de mamá. Chad daba para un poco más de profundidad en el desarrollo de su papel.

Per tal vez este tono ligero y divertido es el que hace que Glamorous sea una serie fácil de ver e ideal para pasar un rato entretenido y divertido sin dejar de lado la alegría que supone para la vista el vestuario y la puesta en escena. Es, en definitiva, una apuesta segura para desconectar de este infernal calor veraniego.