Moral de victoria, a pesar de la derrota

Se trata de la lucha de un equipo pequeño por llegar a la cima. Se trata de la adversidad y la satisfacción de verlos, tras una temporada difícil, conseguir un título y celebrar por las calles de Tarragona, Reus, El Vendrell, Tortosa... Es más que un sentimiento, es una forma de vida. Una forma de vida. Con el ambiente en la grada que vivimos el pasado sábado en el Nou Estadi Costa Daurada de Tarraogna se sintió que hay comunión perfecta entre el equipo y el público. Este es el ambiente que necesitamos todos los partidos en el Nou Estadi. Se vibra de manera diferente y se palpa que somos muchos, muchísimos, que afición y jugadores actúan como un sólo bloque.

Esa es la gran victoria de esta temporada: recuperar la moral entre ciudad y equipo. Lo vivimos con el Reus FC Reddis, con un titular de este Diari que creemos que fue premonitorio: «Reus siempre vuelve». Y lo vivimos este fin de semana con otro titular que recoge muy bien el espíritu que necesitamos, y que es el que se canta en las gradas: «Tarragona nunca se rinde». Porque el deporte es deporte, el fútbol es fútbol, porque uno puede perder, puede quedarse a las puertas de un ascenso más que merecido, pero jamás puede rendirse. Tarragona nunca se rinde. ¡Claro que no! ¿Qué puede pasar el próximo domingo en Zubieta ante el Sanse? No lo sabemos. Hemos vivido tardes memorables con remontadas imposibles. Esto lo sabemos todos. Hemos vivido dulces derrotas y victorias amargas. Y también amargas derrotas y dulces victorias. No será sencillo pero no es imposible. Nada lo es en el fútbol. De ahí su grandeza. Si algo hay de inexplicable con el deporte rey es que no se pierde la fe, se mantiene intacta hasta el minuto 90. O más allá. Así que esta semana toca creer, prepararse, armarse mental y emocionalmente, toca entrenar, toca correr, toca creer, porque rendirse sería intolerable. Perder, no. Perder es humano e incluso a veces es lo mejor que nos puede pasar, pero rendirse no está en nuestra agenda.

Lucharemos para llegar el próximo domingo en condiciones de creer en la victoria. No porque sea un milagro, sino porque es posible y está a nuestro alcance. ¡Visca el Nàstic!