El Corriere della Sera ha publicado lo que ya era un rumor extendido: los turistas que quieran visitar la Fontana di Trevi deberán coger entrada a la placita pagando dos euros. No es mucho, tratándose de la fuente más famosa del mundo, pero rompe la magia de la tradición de tirar monedas de espaldas al agua para asegurarse la oportunidad de volver a Roma. Podrán seguir echando moneditas al dios Neptuno y sus caballos, pero con dos euros de pago adelantado.
La justificación es descongestionar el centro de la ciudad. Ya ahora hay control de entrada en determinadas horas para evitar que haya más de 400 visitantes a la vez.
El nombre de Trevi deriva de Tre Vie (tres vías) que era punto de encuentro de tres calles. Siempre se ha dicho que «todos los caminos conducen a Roma» y el caso es que todos conducen a la Fontana. Al menos hasta ahora.
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