Villa Ascaso

Estaba dándole vueltas a que exponer en el presente escrito y al aparecer en este medio de comunicación que se iban a iniciar las ansiadas obras en el Hospital Universitario Juan XXIII, me dio un vuelco el corazón y pensé que sería un buen tema. Sin embargo, al leer el texto y ver que solamente se iba a iniciar un desplazamiento de parte de un servicio ubicado en las urgencias, así como el alejar el helipuerto a unos 800 metros donde el ayuntamiento de la ciudad ceda unos terrenos, no me pareció nada del otro jueves. Creo que la ciudadanía espera mucho más de lo expuesto. Algo es algo y parece ser que alguna mejora tendremos, pero nada para tirar cohetes. El tiempo lo dirá.

Por tanto, no voy a seguir con las obras del hospital, aunque me da pie a un hecho curioso acontecido hace unos cuantos años, donde la ilusión de unos pocos se quedó en un escrito y en una curiosidad. Curiosidad que con la guerra que ahora está ocupando tantas noticias, puede tener su sintonía o su gracejo.

Antes de meternos en el caso podemos hacer un acto docente para establecer un paralelismo. En medicina, cuando uno pierde la salud, se dice que entra la enfermedad. Esta puede tener una etiología de causas diversas. Para simplificar y que sea más entendible, las causas de las enfermedades se pueden encuadrar en tres grandes grupos, de causa biológica, por causas químicas y de causas físicas, sin olvidar las causas genéticas que pueden tener una base de las tres mencionadas. Para resolver una patología y devolver la salud a quién sufre una enfermedad, se pueden tomar diversos enfoques dependiendo la filosofía del que los vaya a proporcionar. Así tenemos, la metodología tradicional la más empleada en nuestro entorno, la oriental o terapia china, las terapias naturales, las terapias alternativas o todas aquellas que quieran incluir. También podemos hacer un símil a que el pensamiento de las personas tiene muchas facetas y cada uno da el enfoque que o más le gusta o más le resuelve su quehacer. Es la manera de enfocar las ideas. Centro, derecha, izquierda, extrema derecha, ultra izquierda y todas las variantes o lo que quiera el lector. Sigamos el desarrollo que pretendo. Tanto en los tratamientos empleados en medicina, como en las ideas que se han ido desarrollado ha habido tiempos en los que unas tendencias han predominado sobre otras. Esto me sirve para llevar a los lectores al año 1936 cuando en este país unos se levantaron contra el poder establecido y también había ideas para todos los gustos.

Con el preámbulo tan largo pretendo realizar un enfoque para irnos al pueblo de San Juan en Alicante y al día 16 de noviembre del año 1936, todo ello necesario para aclarar los planteamientos expuestos. Dejando de lado la contienda establecida, en este pueblo se realizó un pleno municipal siendo el alcalde don Emilio Urios. El tema principal era que nuevo nombre poner al pueblo. Ya sabemos que esto es muy importante y los poderes de los grupos traen los cambios en las calles, plazas, fuentes o parques y otras muchas cosas. El grupo socialista (en minoría) le quería poner Pablo Iglesias; los anarquistas Villa Ascaso y otros sin especificar que si Villa México. Al final no prosperó ni uno, ni otro y por unanimidad se puso el nombre de Villa Rusia de Alicante y se aplazó usar este nuevo nombre hasta finalizar la guerra. Como ya sabemos el final, se volvió al nombre que tenía y que sigue teniendo en la actualidad, San Juan, un bello pueblo de mar cercano a la capital y que me viene redondo para finalizar mi tribuna. Cabe resaltar que esto no sólo ocurrió en San Juan, en el pueblo cercano de San Fulgencio, se cambió el nombre por Ucrania del Segura, para estrechar lazos con la URSS, gran colaboradora de la contienda. Paralelismos y cosas curiosas, Villa Rusia de Alicante y Ucrania del Segura dos nombres muy peculiares en los días de hoy por la contienda que mantienen estas dos naciones.

Hagamos historia y sobretodo recordemos la historia. ¿Por qué se propuso el nombre de Villa Ascaso por parte de los libertarios? ¿Quién era Ascaso? No creo que muchos recuerden a esta persona y tuvo su importancia a principios del siglo pasado. Francisco Ascaso Abadía, Paco para los amigos, nació en Almudévar (Huesca) el 1 de abril de 1901 y murió en Barcelona el 20 de julio de 1936. Hijo de Domingo y María, que tuvieron diez hijos, de los que solamente sobrevivieron cuatro. Vivaz, de marcada inteligencia, gran estudioso y lector, se tuvo que poner a trabajar muy joven por el fallecimiento de su padre, tomando concepto de clases e inclinación libertaria. Encarcelado, huido a Francia, conspirador para atentar contra el rey Alfonso XIII en París, participante en el asesinato del cardenal Soldevilla, y un largo listado de acciones. Gran defensor de los ideales anarquistas, al igual que Durruti, Jover, García Oliver y otros ácratas todos ellos defensores acérrimos de los problemas sociales que sufría España en aquellos tiempos. Con la instauración de la República pasó a convertirse en una figura política de primer orden. Tras muchos años de lucha, detenciones, sufrimientos y de dedicación a sus ideales, murió durante el asalto del cuartel de las Atarazanas, para evitar el levantamiento militar en Barcelona al inicio de la guerra civil, siendo una gran pérdida para los intereses de las ideas que defendió.

Se podría alargar mucho sobre la vida de Ascaso, incluso se podría hacer una larga película, pero pretendo quedarme con el hecho curioso comentado, poner otro nombre al pueblo de San Juan dependiendo de las ideas de los que lo propusieron. Ello me sirve de paralelismo de San Juan y su galimatías con otro San Juan, el XXIII (sin olvidar que hace años que es santo), hospital al que los políticos tienen que remodelar y definir. Verán que al final nos quedaremos con lo que tenemos. Lo prometido se lo llevará la guerra o la guerra de intereses, por decir algo.