Los secretos del Mas Totosaus de Reus, al descubierto
Reus Ocult. Las visitas al patrimonio local revelan historias como la de la promotora de la casa de veraneo del Camí de Riudoms

Un instante del recorrido por el interior del edificio modernista, que se ha rehabilitado, ayer.
«Lo deteriorado que estaba hasta hace poco y qué bien se ve ahora» y «la reforma lo ha dejado como nuevo» eran las frases más repetidas entre las cerca de 350 personas que, ayer, se adentraron en el Mas Totosaus. El edificio modernista, firmado por Pere Caselles en 1906, recibió público como parte del Reus Ocult, la iniciativa que abre puntualmente las puertas de inmuebles singulares y poco visitados. Durante este fin de semana, el proyecto muestra ocho espacios con novedades como los Magatzems Llopis o una ruta guiada por la calle Ample.
Antes de estrenarse como un punto del Servei d’Orientació i Acompanyament a les Famílies (SOAF) y del Servei d’Intervenció Socioeducativa (SIS), el histórico Mas Totosaus se dejó recorrer y deslumbró a todos. La que fuera la casa de veraneo de la familia Totosaus se sometió recientemente a un intenso lavado de cara cifrado en alrededor de 200.000 euros. En los últimos años, el edificio se había deteriorado y permanecía tapiado y lleno de pintadas y suciedad.
Su historia es casi tan curiosa como su aspecto, ahora de blanco impoluto. «Josep Totosaus se casó con Elvira Figueras y los dos se enriquecieron con la mercería de venta al pormayor que tenían. Él hizo su marca, Algodón hilado torcido a la inglesa. Y, en 1900, decidieron que querían una residencia para veraneo y compraron así una finca», explicaban ayer desde la Associació Espais Ocults.
El fallecimiento de Totosaus en 1902 llevó a su viuda a sacar adelante en solitario el proyecto, aunque «habitualmente, los promotores de edificios modernistas eran hombres. Pero en este caso fue Elvira». Su idea era una planta semisubterránea y una baja, aunque Caselles diseñó también una primera planta y una torre que nunca se llegaron a ejecutar.
Los herederos fueron desprendiéndose de propiedades hasta que el Mas Totosaus quedó abandonado. Algunos elementos, como parte de las barandillas, se perdieron y se han reemplazado por piezas funcionales. Otros, como suelos, pinturas, lavabos o tiradores, han podido ser recuperados.
Quien se interna en la casa del Camí de Riudoms junto a Espais Ocults descubre también ricas anécdotas. Por ejemplo, que «en los 70, cuando se dio una gran sequía en Reus y solo había tres horas de agua al día, la familia permitía a todo el mundo entrar a usar sus pozos sin problema y sin coste». El último propietario de la familia fue Pere Figueras, un erudito, arquitecto y relevante en el Centre de Lectura, que murió en 1965 sin descendencia.
Conocer alguno de los inmuebles del programa del Reus Ocult –que puede consultarse en espaisocults.cat, junto a los horarios– es posible también hoy durante todo el día. El acceso es gratuito y no hace falta cita previa, sino que se guarda cola en el acceso. Solamente ayer, se realizaron unas 2.000 visitas.