Los comedores sociales de Càritas sirven el doble de menús que en 2013

Sirven una media de 160 comidas al día de forma presencial o a través del programa de fiambreras. Colaboran 38 voluntarios

19 mayo 2017 21:33 | Actualizado a 22 mayo 2017 12:09
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Un mediodía más Abdellatif Azbaki se persona en el Menjador Social de Reus. Hoy, además, lo hace acompañado de sus cuatro hijos. Justo al llegar, le entrega una bolsa a los voluntarios del comedor para que le den la comida del día. Mientras espera, comenta que lleva 25 años en la ciudad y que nunca había pasado por una situación tan desesperada. Lleva cuatro años sin trabajar y sólo puede alimentar a su familia con las ayudas que recibe. «Estoy muy agradecido a la gente de Càritas. Su ayuda nos ha dado de nuevo la vida». Mientras explica su historia, una voluntaria le devuelve la bolsa con los menús del día. Él, de nuevo, agradece tanta gratitud.

El caso de Azbaki representa uno de los muchos que, a diario, reciben los comedores sociales que hay en la ciudad. Según Joan Bayarri, responsable del Menjador Social de Reus de Càritas Interparroquial, entre los comedores de la calle Francesc Bartrina y el del barrio Sant Josep Obrer reparten una media de 160 menús todos los días, algo más del doble que en el 2013. Y es que las cifras muestran la gran labor que se lleva a cabo en los dos centros y el enorme aumento experimentado.

Durante el año pasado se atendieron a 549 personas y se sirvieron 34.312 comidas, mientras que en 2013 fueron 14.990. Esto representa un aumento de un 129% de comidas servidas de un año al otro. Pero aquí no termina todo, ya que desde la concejalía de Benestar Social del Ayuntamiento de Reus – que subvenciona el Menjador Social– esperan llegar este año a más de 39.000 menús servidos y superar las 600 personas atendidas.

El mayor número de ciudadanos ayudados por Càritas no responde directamente a un incremento desaforado de la pobreza. Según la concejal Montserrat Vilella, la situación actual es fruto del exitoso programa de recuperación de alimentos frescos y cocinados. Éste permite «contar con distintas vías de entrada de alimentos a través de donaciones y de las colaboraciones con empresas y comedores escolares», expone. Así pues, en la actualidad los dos comedores gestionan un volumen de comida muy superior al de hace dos años y, además, le dan salida de distintas formas.

Más allá del comedor presencial, casos como el de Azbaki se realizan a través del programa Carmanyoles, el cual entrega los alimentos frescos para que las familias lo consuman en casa. Los encargados de gestionar el servicio son los profesionales técnicos de los servicios sociales del Ayuntamiento.

El perfil mayoritario de las personas atendidas, describe Joan Bayarri, es el de ciudadanos autóctonos sin ingresos y que llevan mucho años sin trabajo. En algunos casos también los hay que cuentan sólo con la pensión de invalidez. Él mismo también destaca que todo este engranaje no funcionaria sin el trabajo, dedicación y ayuda desinteresada de los 38 voluntarios que colaboran con Càritas Interparroquial de Reus.

 

Dos años en Sant Josep Obrer

La semana pasada, precisamente, cumplía su segundo aniversario el comedor social de Sant Josep Obrer. Según sus responsables, todos los días proporcionan comida a un número de personas que oscila de las 40 y 70, la mayoría dentro del servio de Carmanyoles. Desde el comedor social destacan que el servicio funciona de forma autónoma gracias a la participación de voluntarios y patrocinadores.

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