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Ni el frío ni el viento han impedido que la mañana de este domingo, 3 de marzo, arrancaran los Tres Tombs de Reus, organizados por la Associació d’Amics del Cavall de les Comarques de Tarragona con la colaboración del Ayuntamiento de Reus a través del Institut Municipal Reus Cultura y la Guàrdia Urbana. Entre los asistentes, muchos gorros y guantes, sobre todo entre los más pequeños.
Pero poco han tenido que esperar. Puntualmente, toda la comitiva de carros, carruajes, caballos, mulas, asnos y burros ha empezado a desfilar por la calle de Sant Joan, dirección plaza Prim, para empezar a reseguir el Tomb de Ravals. «Creo que han empezado antes de hora», incluso comentaba una madre al ver que poco después de las 12 h ya prácticamente habían pasado todos los carruajes por Sant Joan.
Esta 37ª edición ha contado con la asistencia excepcional del Carruatge Òmnibus, es decir, un carruaje de servicio destinado al transporte de pasajeros de corto recorrido. Originalmente, a principios del siglo XX, fue utilizado por la familia Pujadas, del barrio de Sant Andreu de Barcelona, que usaba el carruaje durante los meses de verano desde la estación del ferrocarril de Hostalric hasta Sant Hilari Sacalm, un destino de veraneo. Durante los Tres Tombs, el carruaje se ha paseado por Reus con una recreación histórica de la mano de la Associació Bravium Teatre.
Lo que también ha llamado la atención entre el público es el carro de naranjas de Xerta, que podían comprarse por 5 euros. En otros carros, los niños iban tirando caramelos y, otros, repartían cocas del Forn Sistaré. Los más pequeños también pudieron disfrutar de los Tres Tombs desde dentro, montados en burros.
Durante la segunda vuelta, los animales han sido bendecidos en la plaza de la Sang. Muchos carros hacían referencia a antiguos oficios, cargados de carbón, lana, lecheras, uvas o vermut. También ha participado la Unitat Muntada de la Guàrdia Urbana de Reus y la sección hípica de los Mossos.
