Reus sigue sin conquistar el espacio

Como cada día de los Santos Inocentes, la Agència Reusenca de l'Espai (ARE) intentó lanzar, sin éxito, al espacio el Speteck. El cohete no despegó y acabó ardiendo.

19 mayo 2017 23:50 | Actualizado a 20 mayo 2017 21:44
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La mala suerte sigue persiguiendo a los científicos de la Agència Reusenca de l’Espai (ARE). Los reusenses deberán esperar un año más para intentar conquistar el espacio. Ayer, como manda la tradición cada 28 de diciembre (día de los Santos Inocentes), todo estaba preparado para que Reus escribiese su nombre en la carrera aeroespacial, pero el Speteck -el cohete que desde 1957 se intenta lanzar sin éxito al espacio- volvió a quedarse en tierra y fue pasto de las llamas.

Coincidiendo con el día de los Santos Inocentes, el Ball de Diables de Reus volvió a organizar el acto, como cada año, cuidando todos los detalles al máximo. Sobre las siete y media de la tarde, el Speteck partió desde la plaza de la Llibertat acompañado por el Gegant Avi Joan, la Vedella de Reus (del Bou de Reus), la batukada de los Trokatrons y las diferentes autoridades que cada año acompañan al cohete, entre las que estaba el Gran Savi d’Honor, el periodista reusense Josep Baiges, además de un par de representantes del gobierno escocés.

La comitiva recorrió las principales calles del centro animando a los ciudadanos que, a pesar del intenso frío que caía sobre Reus, se atrevieron a salir a dar una vuelta y de paso presenciar el espectáculo. Después de pasar por la plaza de Prim y la calle Monterols, la comitiva llegó a la plaza del Mercadal sobre las ocho de la tarde y el Speteck era plantado en la plataforma desde donde se iba a intentar, un año más, el hito histórico de llegar hasta el espacio. El momento fue inmortalizado por numerosas cámaras de fotos y de teléfonos móviles, en un acto que se ha convertido en toda una tradición de las fiestas navideñas y, especialmente, del día de los Inocentes. Después de unas palabras del ‘alcalde’ y del ‘obispo de Reus’ (quien bendijo el cohete y también a todos los asistentes), el Savi d’Honor también habló para agradecer la presencia de todos los reusenses que querían ser testigos de un momento histórico. Después de gritar un Visca Reus sideral! y de escuchar el himno del Speteck, Josep Baiges y sus tres hijos fueron los encargados de prender la mecha que tenía que debía encender los motores del cohete. Los flashes de las cámaras volvieron a multiplicarse para fotografiar el momento del despegue, pero -un año más- el proyecto volvió a fracasar y el Speteck se quedó en tierra. Mejor dicho, ardió en llamas. Habrá que esperar un año más para ver cumplido el sueño de la conquista del espacio por parte de los reusenses.

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