Susto en la playa
Las dos turistas adolescentes que se jugaron la vida sin saberlo en una cala de L'Ametlla de Mar
Los socorristas de la cala de Sant Jordi d'Alfama atendieron la llamada de auxilio del padre en una zona sin vigilancia. El mar estaba picado y una de las dos, además, no sabía nadar

Un socorrista vigila la playa.
El pasado lunes, 28 de julio, alrededor de las 18:00 horas, dos adolescentes belgas de aproximadamente 16 años fueron rescatadas por socorristas de la empresa Altesport, concesionaria este verano del servicio de salvamento y socorrismo en L’Ametlla de Mar.
Las jóvenes habían accedido al mar desde una pequeña cala ubicada junto a la urbanización de Sant Jordi d'Alfama, una zona sin vigilancia ni personal de socorrismo.
Ese lunes ondeaba la bandera amarilla en buena parte del litoral de Tarragona, debido al estado del mar, con fuerte oleaje y un riesgo elevado para el baño.
Confiadas y sin percibir el peligro que suponían las olas que golpeaban con fuerza contra las rocas, ambas se introdujeron en el agua. Vestidas con burkini por motivos religiosos, eran observadas desde tierra por sus padres.

La cala de Sant Jordi d'Alfama, en L'Ametlla de Mar.
En cuestión de minutos, el mar comenzó a zarandearlas, y una de ellas —que no sabía nadar— empezó a alejarse de la orilla, arrastrada por la corriente.
El aviso de que había dos menores en apuros activó a dos socorristas de la cala de Sant Jordi d’Alfama. Uno de ellos se lanzó al mar, mientras el otro permanecía en tierra para ofrecer apoyo.
Los socorristas lograron alcanzar primero a la joven que no sabía nadar, mientras orientaban a la segunda sobre cómo regresar a un punto seguro pese al oleaje.
El rescate fue rápido y efectivo. Ambas adolescentes fueron acompañadas a la orilla y no requirieron asistencia médica, aunque sí una dosis de calma para recuperarse del susto.
El incidente en L’Ametlla de Mar se resolvió sin consecuencias graves, aunque pone de manifiesto los riesgos de bañarse en zonas no vigiladas y con condiciones marítimas adversas.
Apenas tres días después, en Salou, un caso similar terminó en tragedia: dos niños fallecieron y su padre fue rescatado in extremis.