Los amigos de los halcones no se rinden
El proyecto de cajas-nido no consigue suficientes fondos, pero ha creado comunidad

Pareja de cernícalos que anidó en la ciudad y que sigue aquí.
«De entrada lo más triste es que, lamentablemente, no hemos conseguido el financiamiento a través de Verkami para la compra e instalación de las cajas nido. Estábamos muy ilusionados con toda la gente que nos estaba siguiendo y dando apoyo desde las redes sociales, pero...»
Así comienza el correo que los impulsores del proyecto Urban Raptors han hecho llegar a sus seguidores para explicarles que no han conseguido suficientes recursos con su campaña de micromecenazgo para financiar la instalación de cajas nido en la ciudad. Su idea es que algunas especies de aves rapaces que vienen de paso nidifiquen aquí y se queden de manera permanente. Esto no solo tendría valor medioambiental sino que, aseguran, ayudaría a controlar la población de palomas y estorninos.
Pero aunque se han quedado lejos de la meta (consiguieron 340 de 7.000 euros), hacen autocrítica y han pedido a sus colaboradores ideas para poner en marcha de ahora en adelante.
No obstante Ferran Aguilar (reconocido fotógrafo) y Santiago Begué (consultor tecnológico, formado en biología) ya tienen claro que la experiencia ha servido para crear una comunidad de vecinos interesados por las rapaces y quieren que siga activa.
Uno de los logros que se han conseguido es multiplicar los avistamientos de rapaces por la ciudad. De hecho aunque la campaña de micromecenazgo ha terminado, el apartado de la página web donde pueden colgarse las fotos de las rapaces sigue activo. El proceso es sencillo: en la plataforma de ciencia ciudadana iNaturalist los ciudadanos pueden colgar sus fotos o sonidos de rapaces y los miembros de la comunidad ayudan a corroborar qué tipo de especie se trata. Estas bases de datos tienen valor para los científicos.
Una temporada ‘espectacular’
Justamente en lo que se refiere a avistamientos, el invierno que acaba de terminar y lo que llevamos de primavera han sido «espectaculares» en la cantidad y variedad de rapaces que han estado en la ciudad, como confirma Aguilar que ha dedicado horas a fotografiarlas.
Ha habido aves menos comunes como un águila pescadora y otras que lo son más como cernícalos (xoriguer en catalán) que han llegado e incluso anidado en la ciudad. Actualmente hay dos nidos, uno en Bonavista y otro en Les Gavarres. También hubo una puesta en el centro, en la ventana de un piso vacío, aunque esta última no llegó a buen puerto. Explican que han encontrado una gran implicación por parte de la comunidad a la hora de proteger los nidos, desde vecinos particulares a un centro educativo cercano. Aguilar y Begué están convencidos de que esta cantidad de aves tiene que ver con el efecto beneficioso que tuvo sobre la fauna el confinamiento.
La intención, además, es hacer llegar a la ciudadanía las ‘recompensas’ que habían preparado para el Verkami y, sobre todo, hacer difusión y formación. Ya les han contactado grupos de otras ciudades como Pamplona o Reus, interesados en hacer un proyecto similar.