Víctimas de ‘criptosectas’ en Tarragona: «Se ‘metían’ en mi casa y me robaban miles de euros»
La proliferación mundial de este tipo de estafas no es ajena a la demarcación, donde ya se han detectado una gran cantidad de casos. Cinco de ellos ofrecen sus testimonios al ‘Diari’

Los anuncios en redes sociales y correos electrónicos son una de las principales vías de captación.
Jesús –nombre ficticio– estaba en el último año de carrera y salía de fiesta con sus amigos. Lo normal. Supo de la existencia de una ‘academia’ gracias a un compañero de la facultad. «Le dijo que allí le darían unas clases que le ayudarían a leer balances y a manejar los números», recuerda su madre, quien explica que, la primera vez que lo comentó en casa, ni a ella ni al padre de Jesús les pareció mal.
«El problema es que, poco a poco, empezamos a ver que cada vez estaba más metido en estas clases, y no quedaba claro qué hacían exactamente. Empezó a fallar en algunas asignaturas de la universidad», narra.
Fue el inicio del calvario de esta familia tarraconense. Se sentaron a hablar con él. «Se le veía desmotivado y empezó a argumentar que él no quería dedicarse toda la vida a trabajar por un sueldo, que había visto que desde casa, con el ordenador, podía ganar mucho más dinero y llevar una vida mejor que la nuestra».
«Nos enseñó vídeos de jóvenes con relojes caros y coches en lugares de lujo; se pasaba las noches conectado a la pantalla y dormía durante el día, se desajustaron todos sus horarios y en casa empezaron los conflictos», comenta.
La madre de Jesús recuerda cómo este les decía que no lo entendían y que iban a limitarle su «proyección empresarial»: «Quería que le dejáramos algo de dinero para administrarlo. Nosotros le pillamos en varias mentiras y, al tiempo, empezó a venir a casa un chaval que estaba todo el día pegado a él».
«Se trataban de ‘brother’. Como nosotros no le dejamos el dinero, se fue a pedírselo a sus abuelos y a sus tíos. Su actitud era como de desprecio hacia nuestro estilo de vida, parecíamos unos pringados por ir a trabajar y tener un sueldo cada mes», lamenta esta madre coraje.