Tarragona

Cultura

El Museu d’Art Modern quiere 500.000 visitantes al año en el Palau de la Diputació de Tarragona

El informe previo encargado por la Generalitat prevé que el futuro recinto albergue a partir del 2032 a la misma cantidad de usuarios que todos los monumentos romanos juntos

Vista general del edificio de la Diputació de Tarragona, visto desde Casa Canals

Vista general del edificio de la Diputació de Tarragona, visto desde Casa CanalsMarc Bosch

Octavi Saumell

Creado:

Actualizado:

El futuro Museu d’Art Modern en el Palau de la Diputació de Tarragona da sus primeros pasos con fuerza. El recinto quiere convertirse en un nuevo «epicentro cultural de Catalunya», atrayendo a medio millón de visitantes al año cuando sea una realidad en 2032, según se detalla en el informe encargado por la Generalitat para valorar el traslado del equipamiento cultural desde la calle Santa Anna al Passeig de Sant Antoni, en una inversión que oscilaría entre los 10,7 y los 12 millones de euros.

En el trabajo, avanzado ayer por este periódico, se deja claro que ubicar el museo en el Palau de la Diputació permitirá doblar la superficie, lo que se traduciría en una «oportunidad» para «el impulso del posicionamiento cultural y la proyección nacional e internacional del territorio», a la vez que actuaría como un «conector cultural de las comarcas tarraconenses» o, lo que es lo mismo, ejercería como el Àrea Metropolitana de la cultura.

Col·lecció Forvm, y Jujol

El traslado del MAMT al Palau de la Diputació, cuando la mayoría de los 360 empleados de la sede central pasen a la Plaça Imperial Tarraco, abrirá la puerta para pasar de los actuales 1.875 metros cuadrados del Casc Antic a los más de 4.300 en el Passeig de Sant Antoni, donde según el primer esbozo se ubicarían colecciones como la Forvm o la Jujol en espacios de más de 200 metros cuadrados, a la vez que se apostaría «por el potencial cultural y patrimonial del territorio, como el Modernisme».

Según el documento, el traslado «a un edificio de gran simbolismo» reforzaría «la imagen institucional» del MAMT en una ubicación «estratégica central», con un flujo anual de visitantes «estimado en las 500.000 personas», según se detalla en el informe. Esta cifra supone multiplicar por 14 la actividad respecto a los 34.110 visitantes del 2024.

Los 500.000 visitantes previstos multiplicarían por 14 los 34.110 del año pasado en Santa Anna

El trabajo detalla que el nuevo complejo «favorecerá la desestacionalización turística» y «diversificará una oferta más sostenible», al mismo tiempo que «incrementará el atractivo y la competitividad del territorio» y permitirá «retener y captar talento». La proyección nacional e internacional se potenciaría mediante la integración «en redes y proyectos como Creative Europe, Interreg MED o Ibermuseus», se explica en el informe.

El trabajo se marca también como objetivo prioritario «conectar con nuevos públicos». Por ello, se destaca que el edificio se encuentra en un «entorno ideal» que abrirá la puerta para llevar a cabo una «programación renovada gracias a la calidad y la flexibilidad de espacios interiores y exteriores».

Cabe destacar que el medio millón de visitantes previstos es una cifra similar a la que acreditan anualmente los monumentos de Tarraco de la ciudad. Sin ir más lejos, en 2024 los recintos patrimoniales sumaron unas 540.000 visitas, con el Passeig Arqueològic, Amfiteatre, Pretori y Circ como recintos más demandados. Cabe destacar que otros años la cifra ha sido superior, superando las 700.000 personas.

Acceso independiente

En este primer documento se enfatiza que el traslado al Passeig de Sant Antoni es un proyecto de «alto impacto» que permitiría un «reposicionamiento estratégico del museo como un agente en el desarrollo cultural del territorio».

«El traslado puede ser un trampolín excelente» para definir un nuevo recinto «abierto, dinámico y lúdico, que genere encuentro, intercambio y procesos de cocreación», se afirma en el análisis.

La inversión prevista oscila entre los 10,7 y los 12 millones de euros

El trabajo analiza también el «escenario de uso compartido» del edificio con «algunos servicios centrales de la Diputació». «Esta convivencia plantea ciertas limitaciones funcionales, pero también abre la puerta a convertir el Palau en un espacio institucional más abierto, en el que la cultura ocupe una posición central en el imaginario y el día a día de la ciudadanía», se indica.

El informe deja claro que el museo tendría «autonomía de acceso», disponiendo de una entrada propia «claramente señalizada y adaptada» para acceder a «espacios funcionales» que cuenten con «las condiciones técnicas y ambientales necesarias para la conservación y exposición de las colecciones».

Otro de los puntos que dibuja la primera propuesta es que el futuro museo «opere con horarios flexibles, incluyendo fines de semana y franjas nocturnas para desarrollar una programación viva con públicos diversos».

Una idea que se plantea es ubicar un negocio de restauración en la terraza. «Será un nuevo balcón al Mediterráneo», se indica en el informe, que pone al mismo nivel el futuro emplazamiento con Es Baluard de Palma, el Thyssen de Madrid o el Museu d’Història de Catalunya de Barcelona. Máxima ambición para situar a Tarragona como una referencia cultural europea más allá del patrimonio romano.

tracking