Tarragona

Vecinos de la Vall de l'Arrabassada de Tarragona protestan porque se inundan sus casas por la lluvia

Se trata de los bajos de un bloque de viviviendas que cuando hay aguaceros el agua entra desde el exterior hasta dentro de los pisos, donde se acumula un palmo de agua

Eva ha intentado frenar la entrada del agua con vallas colocadas en su jardín.

Eva ha intentado frenar la entrada del agua con vallas colocadas en su jardín.Cedida

Marc Moreno
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Eva vive sumergida bajo un auténtico infierno. Cada vez que el tiempo augura tormenta, reza una y otra vez para que el agua de las lluvias no inunde su casa. Aunque, tristemente para ella, su piso siempre acaba inundándose.

Eva reside la calle Llorenç Villalonga, en la Vall de la Arrabassada, desde hace 20 años. Explica que siempre ha residido de manera muy tranquila, sin ningún tipo de problema: «Es una zona muy calmada. Yo al menos siempre he estado bien». El verdadero problema llegó hace unos tres años, según explica, y vino derivado de otras construcciones y edificios modernos que se erigieron en una zona natural en la que, cuando llovía, el agua se drenaba fácilmente. 

Cuando se construyó en esa zona y se modificó el terreno –que se encuentra en un punto más elevado que su bloque–, cada vez que llueve, la casa de Eva se convierte en una especie de recipiente, donde se acaba recogiendo toda el agua: «Es un desastre. Cada vez que llueve la vivienda se inunda por completo. En mi casa han llegado a cruzar auténticos ríos de más de 30 centímetros de ancho», explica desesperada.

Eva ha intentado frenar la entrada del agua con vallas colocadas en su jardín.

Eva ha intentado frenar la entrada del agua con vallas colocadas en su jardín.Cedida

Eva ha sido testigo de tres grandes inundaciones en su hogar. La primera de ellas sucedió en 2021. Cuenta que se asustó mucho aunque no se imaginaba, bajo ningún concepto, que dicho infortunio volviera a sucederle, o al menos no con la misma intensidad: «Lo recuerdo perfectamente. Pasé mucho miedo, pero pensé que se podría solucionar».

La cosa no fue así. En junio de 2024 las lluvias volvieron, aunque de una peor forma, puesto que caía mucha más agua, y sucedió de noche: «Fue desesperante. Me pasé asustadas ocho horas durante la noche, viendo cómo pasaba el agua y sin apenas poder hacer nada».

La última de estas inundaciones sucedió a los pocos meses, concretamente en noviembre. Esta también fue muy agresiva, debido a las fuertes y constantes precipitaciones de aquellos días: «Coincidió con la época de las lluvias que provocaron la dana de Valencia. Me sentí igual».

Aunque haya padecido tres inundaciones en unos tres años, el agua le sigue entrando de todos modos, siempre y cuando llueva. Unas lluvias que, según cuenta Eva, le han «amargado la vida» por dos factores: el psicológico y el material. Con el primero de ellos, explica que ya no sabe qué hacer: «Estoy desesperada. Cada día miro la previsión del tiempo con miedo, esperando que no llueva. Es una carga psicológica que ya llevo arrastrando durante varios años», explica.

Mientras que los daños materiales también pesan, ya que cada vez que se prevé lluvia, Eva tiene que mover y situar en lugares altos objetos electrónicos, como aspiradoras, teléfonos, entre otros. Además, cuenta que ya ha tenido que deshacerse de numerosos muebles por culpa del agua, que los ha perjudicado.

Soluciones a corto plazo

Eva no es la única que padece estos problemas, también sus vecinos. Al vivir todos ellos en la planta baja del edificio, notan los efectos y las consecuencias de la lluvia.

Por ahora, cada uno de ellos ha intentado paliar los efectos de las inundaciones con algunas soluciones a corto plazo o que no son muy útiles, como la opción de vallas dentro de las casas.

Mientras, los mismos vecinos de este bloque de la Vall de l’Arrabassada siguen pidiendo ayuda a gritos, porque saben que falta menos para las lluvias.

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