El Pla Parcial 1, que afecta a los terrenos de la entrada a la ciudad a través de la Avinguda d’Andorra, no está muerto. Ha vuelto a situarse en la casilla de salida, después de que la Junta de Compensació de Propietaris ha presentado una nueva propuesta para seguir adelante con la urbanización del entorno, en el que el hallazgo de restos arqueológicos obligó a frenar el último proyecto cuando su tramitación ya estaba en un estado muy avanzado.
Así lo ha confirmado InmoCaixa, que es el propietario mayoritario del suelo en el que tiene que levantarse este nuevo entorno residencial. Esta sociedad, que está vinculada a La Caixa y que se dedica a la gestión, promoción y comercialización de inmuebles, asegura que el proyecto todavía se encuentra en una fase «preliminar». Aún tienen que pronunciarse las administraciones sobre el encaje que se ha encontrado.
Esta nueva versión del plan no parte de cero. Según explicó el concejal de Territori, Nacho García Latorre, hace unos días en una entrevista los técnicos municipales han estado trabajando en estos últimos tiempos con el equipo redactor «para encontrar una solución». Y, según afirmó, «creemos que la hemos encontrado». «Los técnicos redactores han hecho una propuesta que hemos presentado a la Generalitat para salvar los restos y no perder edificabilidad, que es un derecho que tienen, y la Generalitat la ha visto con buenos ojos».
La propuesta hace una nueva ordenación de los espacios, preservando los restos arqueológicos, de forma que, si Patrimoni da el visto bueno definitivo, el plan podría caminar hacia una nueva aprobación inicial.
Ni los promotores ni el Ayuntamiento de Tarragona han querido dar los detalles de los cambios que se han introducido en el plan, que afecta a la construcción de 333 viviendas.
Más de treinta años de tramitación
El pasado mes de octubre, el Ayuntamiento de Tarragona archivó el expediente urbanístico y decidió no continuar con la tramitación del proyecto de reparcelación, después de que en unas excavaciones arqueológicas detectaron la presencia de restos de alto valor.
El plan ya contaba desde mayo de 2023 con la aprobación inicial del proyecto de urbanización por parte de la Junta de Govern Local. No obstante, los propietarios tuvieron que hacer nuevas catas y uno de los viales de la futura zona residencial se asentaba encima del yacimiento.
Las primeras excavaciones sacaron a la luz los restos de una construcción que podría ser de la época romana del alto imperio y que corresponderían a una vivienda suburbana o a un mausoleo, siendo esta última la opción por la que se decantan los arqueólogos. También se localizaron restos de silos y posibles entierros en un yacimiento en el que quedó pendiente una segunda fase de excavaciones en la zona de viviendas donde hay ocupas.
Este sector comenzó a caminar en la década de los ochenta, cuando por primera vez se planteó la ordenación urbanística del entorno comprendido entre la N-240 (la carretera de Valls) y el enlace de acceso a la A-7.
El plan afecta a una superficie de 62.587 metros cuadrados, en los que se incluyó un parking disuasorio de casi 2.500 metros cuadrados de superficie. Este contaría con una capacidad para unos 200 vehículos en una de las principales entradas de la ciudad, en la que actualmente ya se aparca de manera no regulada.
Un espacio de interés
La primera aprobación inicial del nuevo plan se hizo en el año 1991 y durante estos más de treinta años, la propuesta ha encontrado diferentes vicisitudes por el camino que han frenado su desarrollo. Esto ha bloqueado la posibilidad de abordar una solución definitiva para las decenas de personas que a diario caminan desde el centro de la ciudad a Sant Pere i Sant Pau.