El Port de TGN encara la recta final en la renovación de su fachada marítima

Los trabajos se centran ahora en la urbanización del entorno de lo que será la nueva sede institucional

17 abril 2021 18:30 | Actualizado a 18 abril 2021 05:50
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A finales de esta semana empezaron a plantarse los nuevos pinos en los alrededores de la antigua sede de la Autoritat Portuària de Tarragona. Es una de las veinte especies que se trasplantarán en este entorno, dentro de los trabajos de urbanización de un área en la que se impone la majestuosidad de la nueva sede institucional del puerto.

La reforma de este espacio está prácticamente en la fase final. Se ha prescindido de los elementos constructivos deteriorados, ha habido movimientos de tierras y se han habilitado nuevas zonas de jardinería. El objetivo es que el verde gane protagonismo y, en este sentido, se plantarán cerca de 2.500 unidades de vegetación autóctona que se adaptan al clima litoral mediterráneo.

Junto con los pinos, habrá romero, olivos y otras variedades autóctonas. El objetivo final es crear un «jardín» con espacios muy diferenciados paisajísticamente hablando, con una zona para atraer a los insectos polinizadores, pasando por un prado con especies de césped adaptadas a nuestro clima y un bosque mediterráneo.

Esta fase también incluye una mejora en la iluminación del entorno, con la instalación de catorce equipos sobre columnas de tres metros de altura y dispuestas de forma perimetral en el recinto.

La empresa Transmaber SL es la encargada de llevar a cabo el proyecto, que supone una inyección económica de 305.000 euros (sin IVA), por parte de la Autoritat Portuària, lo que contribuirá a realzar la estética del edificio que diseñó Josep Maria Garreta en el año 1978.

Según informa el Port de Tarragona, el traslado a las nuevas dependencias «no será antes de finales de verano». Así que aún habrá que esperar unos meses antes de que vuelva la actividad a un inmueble en desuso desde finales de 2010 y que se ha visto rehabilitado en su totalidad, para convertirse en un nuevo icono del skyline de la ciudad.

Por sus vistas, el edificio albergará algunos de los servicios que ahora mismo están en la torre de Port Control, en el Moll de Catalunya. Es el caso de los servicios técnicos y administrativos de Salvamento Marítimo, el área de señales marítimas de la APT, las salas operativas de Capitanía Marítima y la Dirección de Operaciones Portuarias, entre otras.

Asimismo, está previsto que la sede institucional se traslade al inmueble, que dispondrá también de salas polivalentes para la organización de conferencias y eventos. Finalmente, dos de las plantas se destinarán al alquiler de oficinas.

La Autoritat Portuària ha hecho una importante inyección económica para la recuperación de este espacio, que asciende a 4,7 millones de euros. Una cifra que incrementa notablemente la importante inversión que el puerto ha realizado en los últimos años en el frente marítimo portuario y que ha conseguido una transformación total de todo este entorno entre el Serrallo y el Passeig Marítim. El director de Infraestructures i Conservació del Port de Tarragona, Carles Segura, pone en valor la «fuerte apuesta» que se ha hecho en los últimos años para «conseguir una fachada marítima de la que todo el mundo pueda disfrutar» y que sea «un espacio privilegiado que refuerza la unión de la ciudad con el mar Mediterráneo». Y aquí se incluyen actuaciones como la reforma de la fachada de la Vila Marinera del Serrallo, el espacio cultural del Moll de Costa y la zona deportiva y de ocio del llamado Km 0.

La construcción de la pasarela supuso otro hito importante. «Un paso que en tan solo siete minutos da respuesta a una demanda histórica de la ciudad, para salvar las vías del tren y llegar a la playa».

A estas actuaciones hay que sumarle la renovación de los tinglados y refugios del Moll de Costa y la rehabilitación del Pòsit y aquí hay que incluir las obras que se están acabando de ejecutar en el Refugi 2, y que permitirán que el Museu del Port disponga dentro de unos meses de unas instalaciones de última generación.

Cuando finalicen las obras pendientes, el Port de Tarragona acabará su parte de los deberes en cuanto a la mejora de la zona litoral. Más allá de las pequeñas actuaciones de conservación y de mantenimiento, en principio se han acabado las grandes obras. Quedará una última pieza, que es la que conforma el Port Esportiu, que ya tiene su proyecto para adecentar las instalaciones, y que acabará de dinamizar un espacio que gracias al importante lifting que se ha ejecutado se ha convertido en un polo de atracción para muchos tarraconenses. La ciudad sigue de espaldas al mar, pero la barrera cada vez es menos infranqueable.

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