Gloria (80 años): «Solo tengo 20 euros para pasar la mitad del mes»

Según los recientes datos del Institut d’Estadística de Catalunya (Idescat) y la Taula del Tercer Sector, uno de cada cuatro catalanes –un 26%– se encuentra en situación de pobreza, eso son 1.957.000 personas. De estas, 691.000 personas sufren pobreza severa. Una de ellas es Gloria, una tarraconense de 80 años que una vez al mes acude a la Església de Sant Joan Baptista de Tarragona, donde cada martes Cáritas Interparroquial reparte bolsas con comida.

«Tengo la pensión mínima, de 715, y estoy pagando un alquiler de 550. No puedo, me quedan solo 20 euros para pasar lo que queda de mes», lamentaba Gloria este martes a la salida de la parroquia. La mujer vive con su hija, que lleva años sin encontrar trabajo: «Ahora está haciendo un curso de Tarragona Impulsa y a ver si le sale algo».

Gloria va una vez al mes a la Església de Sant Joan Baptista derivada por servicios sociales, pero aunque se lleva un carro y dos bolsas llenas de comida no le da para comer todo el mes, con lo que también acude al comedor social de Taula Amiga, ubicado en la calle Cardenal Cervantes. La inflación ha empeorado la situación de la anciana, que señalaba que «la casera me ha subido el alquiler 15 euros y también me ha subido la factura de luz, que la pago aparte. El último mes me costó 110 euros».

El objetivo de Gloria es encontrar algún piso de alquiler social, «aunque sea pagando 300 euros», reclamaba, y destacaba el «buen servicio» de entidades como Cáritas Interparroquial. También agradecía su labor Alan, un hondureño que hace tres años llegó a Barcelona con su pareja y que en 2020 aterrizó en Tarragona. Tienen una hija de siete años y un pequeño de un año y tres meses.

Aunque quedaron fuera del programa de asilo de la Cruz Roja, con la asistenta social Alan consiguió recibir comida de Cáritas Interparroquial hasta en tres ocasiones. Este martes estaba recogiendo su segundo lote, y en noviembre irá a buscar el último. A partir de ahí, deberá seguir buscándose la vida. «Tenemos una pequeña ayuda de la Generalitat, pero el coste de vida es muy alto a día de hoy y no nos da para vivir», lamentaba Alan, que asegura que tanto él como su mujer están en búsqueda activa de empleo.

«Vivimos en un estudio pequeño y sin habitaciones por el que pagamos 400 euros, pero por lo menos tenemos un techo bajo el cual podemos dormir», sostenía Alan, que por otro lado aseguraba que «la última factura de luz me costó 150 euros, más los 50 de agua».

Con la comida que se llevó el martes tienen para comer los cuatro miembros durante dos semanas, «a mucho estirar». «La verdad es que no me puedo quejar, todo lo que me dan lo aprovecho», concluía.

Alan, con dos bolsas y un carro lleno, con los que su familia come dos semanas. FOTO: Fabián Acidres