Tarragona registra más contagios en 10 días que en el primer año de pandemia

La sexta ola ha provocado la mitad de los positivos de toda la emergencia sanitaria. Un 10% de tarraconenses se ha infectado recientemente. El boom de ómicron sigue pero las hospitalizaciones se frenan

24 enero 2022 10:50 | Actualizado a 24 enero 2022 18:07
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La sexta ola parece perder algo de fuerza, dejando tras de sí en Tarragona unas cifras de absoluto vértigo, un balance que muestra algo así como un cambio de fase de la pandemia. En la provincia, durante estos casi dos años de emergencia sanitaria, se han contagiado alrededor de 165.000 personas, según Salut. Es el dato oficial, aunque el número de casos podría ser bastante mayor. De esos, alrededor de 83.000 son de la sexta ola, que arrancó a mediados de noviembre aunque ha sido en diciembre y en enero cuando se ha desbocado por completo.

Así, prácticamente la mitad de los contagios registrados en el Camp y el Ebre por Covid-19 han tenido lugar en esta sexta ola, aún inconclusa. Un 10% de tarraconenses se han infectado en este último –y exponencial– envite del virus, en cuestión de unas pocas semanas. Cualquier indicador que se mire revela el descomunal tsunami de infecciones, por efecto de la alta contagiosidad de ómicron.

En estos últimos diez días de enero ha habido más contagios en Tarragona que durante todo el primer año de pandemia, alrededor de 31.800 frente a los 31.200 que hubo en 2020. Los 4.000 casos que se han llegado a registrar en una jornada son una cifra que tardaba diez días en alcanzarse durante la tercera ola, en enero de 2021, hace un año. Un último dato comparativo, revelador de la exacerbada incidencia: en lo que va de mes Tarragona ha alcanzado los 50.000 contagios, la misma cifra que en los seis meses anteriores, de julio a diciembre, según los registros oficiales y públicos.

«Hace falta seguir haciendo un esfuerzo para controlar la situación»
Daniel López Codina. Profesor en la UPC

Desde hace semanas, la provincia encadena récord tras récord de contagios, y eso solo teniendo en cuenta los positivos notificados. Tarragona ha pasado en un mes de registrar unos 3.000 contagios a la semana a más de 20.000.

Un reflejo de todo ello es la situación en los CAP, desbordados aproximadamente desde mediados de diciembre. El pasado lunes se registró el récord de visitas a los centros de salud tarraconenses por motivos de Covid-19 en toda la pandemia: 8.221, las mismas consultas que antes de la sexta ola tenían lugar en unos 20 días.

«No tenemos que normalizar datos como estos. Nos hace falta seguir haciendo un esfuerzo para controlar la situación», decía en redes sociales el profesor de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) Daniel López Codina, sobre el incremento de fallecidos de los últimos días. Aunque las vacunas han reducido los fallecimientos, la brutal sexta ola ha generado un incremento de muertes. Esta oleada, desde mediados de noviembre hasta ahora, ha provocado 79 decesos en Tarragona. Durante la ola navideña, del año pasado, en la que aún no había vacunas, murieron más de 320 personas en la provincia, del 15 de diciembre al 1 de febrero.

Otro linaje de ómicron

Pero aunque la letalidad sea menor y muchos casos actuales sean leves, la exponencial subida de los contagios también acarrea peligros. Así lo mantiene el Catedrático de Ingeniería Informática y Matemáticas en la URV Àlex Arenas: «Ómicron evoluciona, contagiarse masivamente no es buena idea, incrementamos las posibles mutaciones». Arenas ponía estos días a otro país como un ejemplo comparativo que muestre lo que puede venir: «En Catalunya utilizamos a Dinamarca, por símil vacunal y poblacional, como un espejo epidemiológico avanzado. Esos días hay un cambio de tendencia al alza, que puede asociarse a la subvariante BA.2.», en referencia a un linaje de ómicron que puede suponer otra amenaza.

«Ómicron evoluciona, así que contagiarse masivamente no es buena idea. Aumenta la posibilidad de mutaciones»
Àlex Arenas. Catedrático de Ingeniería Informática y Matemáticas URV

El científico de datos Gerard Giménez, que monitoriza los indicadores de la pandemia, indica que, en comparación con los máximos de la ola del año pasado, hay en Catalunya un 650% más de casos, un 15% menos de hospitalizados y un 30% menos de personas en las UCI. A su vez, la mortalidad ha descendido un 62%. Catalunya no registró ayer ninguna nueva defunción.

La buena noticia parece ser la resistencia en los hospitales, saturados pero con la impresión, datos en mano, de estar parando el golpe de esta ola, al menos según el ligero descenso de pacientes registrado en los últimos días. Ayer había 219 personas ingresadas con coronavirus en Tarragona. Durante esta pasada semana se habían alcanzado las 258, un dato que superó el techo de la quinta ola, en verano pasado (187) pero que parece haberse quedado lejos del pico de la ola de enero y febrero pasados (368).

Así, si no hay un nuevo aumento de ingresos, el cénit hospitalario de esta oleada habrá sido un 30% inferior en comparación con su antecedente más similar. En el Camp y el Ebre, aproximadamente el 30% de los ingresados son por Covid. Hay que recordar que en los momentos más benévolos de la pandemia, alrededor del pasado octubre, esta patología infecciosa se volvió residual en los hospitales, hasta el punto de suponer únicamente el 3% de los ingresos.

«Las predicciones en UCI se están cumpliendo por el lado bueno. Por fin buenas noticias»
Enric Àlvarez- Físico y miembro de BIOCOM

También en las UCI se percibe una cierta contención. Hay 46 pacientes tarraconenses en críticos. Hace una semana eran 50 y la cifra se mantiene más o menos estable desde inicios de año. «Las predicciones de UCI se están cumpliendo por la parte buena. Por fin claramente vemos buenas noticias», reconocía en las redes esta pasada semana Enric Àlvarez, físico, profesor en la UPC y miembro del grupo BIOCOM-SC, que analiza la evolución del virus. En Catalunya hay actualmente 506 enfermos graves por impacto del SARS-CoV-2, una cifra que ha descendido en los últimos días y que había llegado a ser de 527. El BIOCOM afirma que es primordial mantenerse lejos de un umbral de 600 y 700 de personas en UCI para evitar que la saturación se agrave aún más.

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