En una finca de Tarragona donde se celebraba una boda se presentaron una serie de inspectores de Hacienda para comprobar que todo estaba en regla. «No sabemos si va a ser una práctica habitual. Es la única inspección que hemos recibido en nueve años de actividad», admite la empresa reusense encargada de organizar el evento. La visita del fisco se produjo el año pasado. «Vinieron a ver que todo estaba en regla, en orden», añade la compañía.
En su objetivo de luchar contra la economía sumergida, el Ministerio de Hacienda ha llegado incluso a ‘colarse’ en bodas, banquetes y otras celebraciones en la provincia. «Antes era algo más esporádico, pero ahora es más seguido. Actúo en muchos restaurantes y a veces se presentan en plena actuación, aunque no la paro. Hablan con los del restaurante y ven que todo esté en regla. Supongo que miran que todo el mundo esté asegurado, temas de Seguridad Social, sobre todo», afirma un músico que actúa por diferentes municipios de Tarragona.
Actuaciones de este tipo evidencian la política que de un tiempo a esta parte está adoptando la Agencia Estatal de Administración Tributaria para hacer aflorar la economía sumergida. «En este sector antes se trabajaba de cualquier manera. Ahora hay que hacerlo todo reglamentado porque hay más inspecciones. A veces te venían los novios y te decían que no cobraras IVA y ese tipo de cosas. Eso está cambiando», indica este músico tarraconense. «Están controlando cada vez más, hay más auditorías. Todo empezó cuando se subió el IVA. Me he encontrado con gente que pretendía ahorrarse algunos impuestos», admite una coordinadora de eventos, fundamentalmente enlaces, en la provincia. Incluso, en algunas ocasiones, se requiere a las parejas recién casadas para que presenten las facturas de los servicios y productos vinculados con el banquete nupcial. Desde el catering hasta el alquiler de carpas, pasando por la discoteca móvil, los trajes, los anillos o los adornos florales, la compra o contratación de todos estos productos puede ser reclamada a posteriori por los inspectores.
Hacienda mantiene que no se investiga a las parejas, sino que se indaga en aquellos sectores susceptibles de que se padezcan incidencias como ocultación de ingresos o contratos irregulares. La situación laboral de los camareros u otros empleados también es otro de los aspectos vigilados.
Fuentes del sector hostelero de Tarragona confirman que recientemente en diversos municipios de costa se llevó a cabo un ‘peinado’ fiscal y laboral en bares y restaurantes en busca de irregularidades. «Se levantaron bastantes actas», confirman.
La incipiente investigación en torno a casamientos es sólo una arista más de la nueva política de la Agencia Tributaria. El fisco libra su batalla contra los alquileres turísticos irregulares, algo de especial relevancia en Tarragona. También vigilará el intercambio de pisos turísticos entre particulares, sobre todo a través del rastreo en internet, entre otras actuaciones. En este 2015, la Agencia Tributaria está intensificando la lucha contra el fraude, según consta en el Plan de Control Tributario, publicado en el BOE. «En 2015 se actuará contra la economía sumergida mediante la potenciación de las intervenciones realizadas mediante personación en las sedes donde se realiza la actividad económica», expone el Boletín Oficial del Estado.
¿Ahogo al contribuyente?
En Tarragona, varios testimonios de ciudadanos dan fe de que Hacienda está tras ellos en busca de posibles fraudes. Desde de un vecino en La Pineda, aunque empadronado fuera, al que se le requiere que demuestre que vive de alquiler en su piso, a un jubilado de Reus que cobra una pequeña pensión en el extranjero por haber trabajado en Suiza y que hasta ahora no declaraba; en síntesis, situaciones irregulares o al menos opacas sobre las que por primera vez Hacienda arroja luz.
Los expertos en tributación hacen una doble consideración al respecto: aplauden que se regularicen sectores económicos que hasta ahora permanecían al margen del control pero lamentan que se persiga con especial ahínco al contribuyente mediano o pequeño. «Hay dos tipos de fraudes, el interno y el externo. Se están vigilando sectores susceptibles de no declarar, como el empleo en el hogar, la tienda finalista, las bodas..., sobre todo aquello que se paga en efectivo. Son medidas que llegan al pequeño contribuyente, pero lo que nos preocupa es el externo, el caso de esa multinacional que factura miles de millones de euros y que ves que no paga los impuestos que debería, ya sea por ingeniería fiscal. Sabes el volumen de mercado que tienen y lo poco que pagan de tributos. Yo pondría el foco en ese tipo de organización y no destinaría tantos medios a comprobar una boda», explica Miguel Ángel Mayo, representante del sindicato Gestha en Catalunya.
Jordi Mor, subdelegado en Tarragona de la Associació de Tècnics Tributaris de Catalunya i Balears, cree que la campaña contra el fraude es mejorable. «En la lucha contra la economía sumergida van a por aquellas personas que ya constan en el censo. Van a buscar a personas que están registradas pero que a lo mejor no hacen las cosas perfectas. Habría que buscar ese fraude que no sabemos dónde está, que permanece fuera del sistema». Añade Mor: «Están muy encima de las pequeñas y medianas empresas, que son las que crean la mayor parte de puestos de trabajo». «En las inspecciones se ha ido a lo fácil, a buscar a gente que ha cometido errores, algunos sin saberlo, en lugar de meterle mano a las grandes bolsas de fraude», resume Javier García, coordinador autonómico en Catalunya de la sección tributaria del sindicato CSIF.