Sepa por qué se puede morir sin ver la igualdad de género
Al ritmo actual Europa necesitará 70 años para conseguir la igualdad salarial, 40 para un reparto equitativo de las tareas domésticas y 20 para alcanzar el equilibrio en política

Sepa por qué se puede morir sin ver la igualdad de género
«Estamos bloqueados, estancados». Así de contundente se mostraba esta semana el eurodiputado catalán Ernest Urtasun (Verds/ALE) al resumir el informe sobre igualdad de género del cual es ponente y que presentará el martes que viene en el pleno del parlamento.
Lo comentaba delante de un grupo de periodistas de todos los estados miembros de la Unión sobre el empoderamiento económico de los mujeres. Y los datos del informe no son para menos.
El Instituto Europeo para la Igualdad de Género elabora un índice de igualdad en base a distintas estadísticas. El último índice, el de 2015, coloca la igualdad en el continente en 52,90 puntos sobre la meta que es 100 (desde el 2005 el índice sólo ha mejorado en 1,6 puntos). España está en un nivel bastante similar, el 53,6 sobre 100.
Para calcular el ranking se toman en cuenta datos como la participación en el mercado de trabajo y la calidad del empleo, la situación económica de las mujeres, la educación, la participación en el poder político y económico o la disponibilidad de tiempo o el acceso a la salud.
Si se revisan los datos españoles, donde peor estamos es en lo que se refiere al tiempo que se dedica al trabajo de la casa y al cuidado de los hijos. Aquí el índice de igualdad está en 33,5 sobre 100 (37,6 en EU), es decir, estas labores siguen en manos de ellas. Donde mejor estamos es en salud, 91,1 sobre 100 (90 en la Unión).
La factura de los recortes
Pero, ¿por qué la igualdad avanza tan despacio? Urtasun asegura que de seguir el ritmo actual necesitaremos una o dos generaciones para aproximarnos. El informe que presentará calcula que al ritmo actual se necesitarán 70 años para conseguir la igualdad salarial, 40 para un reparto equitativo de las tareas domésticas y 20 para alcanzar el equilibrio de género en la política.
Una de las causas de este estancamiento son los planes de austeridad. El informe defiende, en su particular tirón de orejas a los estados miembros, que «las mujeres han sido las más afectadas por los recortes en el sector público (particularmente en ámbitos como la educación, la sanidad o los servicios sociales), ya que representan el 70% de la mano de obra de ese sector».
Además, como consecuencia de los recortes aumenta la feminización de la pobreza. Se refiere en particular a la privatización, aumento de tarifas e incluso cierre de recursos como guarderías y residencias para mayores y personas con discapacidad que terminan «con el retorno a los roles de género tradicionales, en cuyo marco la responsabilidad de los cuidados deja de recaer en la sociedad y vuelve a los hogares, y mayormente a las mujeres».
Así, pues, el informe instará a los estados a tener en cuenta el impacto sobre las mujeres de todas las políticas que se implanten... El efecto del tirón de orejas ya se verá.