Catalunya contempla el sacrificio de hasta 80.000 cerdos en granjas cercanas al foco de la peste africana

En una jornada decisiva para la contención del brote de peste porcina africana (PPA) en Catalunya, el Govern ha anunciado una doble estrategia: elevar al sacrificio preventivo hasta 80.000 cerdos de las granjas ubicadas en un radio de 20 kilómetros alrededor del foco y ordenar una auditoría urgente a todos los centros que manipulan el virus en la zona.

El presidente de la Generalitat, Salvador Illa, ha detallado que la decisión se toma tras recibir los datos del laboratorio de referencia europeo, que señalan que la cepa detectada —similar a la que circuló en Georgia en 2007— coincide con variantes empleadas en estudios experimentales.

Aunque el virus se ha detectado por el momento únicamente en jabalíes y no en la cabaña porcina, el sacrificio persigue prevenir su posible expansión a facultades productivas: las 55 granjas afectadas concentran más de 80.000 animales. De momento están pactadas el sacrificio de 30.000 ejemplares, una cifra que podría ascender hasta la totalidad del ganado de estas granjas de la zona cero.

Al mismo tiempo, el Govern ha encargado al Institut de Recerca i Tecnologia Agroalimentàries (IRTA) —y en concreto a su centro de sanidad animal IRTA-CReSA en Bellaterra— la constitución de un grupo de expertos para auditar un máximo de cinco instalaciones de investigación en un radio de 20 kilómetros. El objetivo: revisar protocolos y seguridad, ya que aún no se descarta ninguna hipótesis sobre el origen del brote.

La medida ha sido acordada en conjunto con representantes del sector porcino, que aceptan el sacrificio para evitar la propagación del virus y garantizar la seguridad alimentaria.

Según Illa, la carne procedente de las explotaciones en cuarentena podrá mantenerse en el mercado interno "con todas las garantías", ya que hasta ahora no se ha detectado contagio en granjas.

Las autoridades han insistido en mantener la vigilancia en el perímetro de riesgo, reforzar los controles de bioseguridad y limitar el acceso al medio natural en los municipios afectados, al tiempo que coordinan un operativo con cuerpos rurales, fuerzas de seguridad y servicios de emergencia.

Con estas medidas —sacrificio preventivo, auditorías y controles estrictos—, el Govern pretende evitar lo que muchos consideran el peor escenario posible: la propagación del virus a las granjas y la pérdida masiva de cabaña porcina.