Barreras arquitectónicas
El ascensor que chafó el cumpleaños en Calafell
La avería impidió que lo usasen dos personas en sillas de ruedas

La avería del ascensor impidió que lo usasen personas en silla de ruedas.
El grupo de amigos con discapacidad funcional iba a celebrar un cumpleaños en Calafell. Son de una Fundación de El Vendrell y habían decidido celebrarlo con una comida en un restaurante frente al mar.
Una veintena de personas. Dos de ellas en silla de ruedas. Todas con la ilusión del cumpleaños.
Aparcaron el vehículo en la parte de montaña de la vía del tren. Cruzar sería fácil. Hay un paso inferior junto al mercado municipal y un ascensor. Perfecto para las dos personas en sillas de ruedas. Una de ellas eléctrica.
Pero el chasco lucía en forma de cartel. No funciona. Disculpen las molestias.

El grupo tuvo que esperar en el paso subterráneo.
Imposible acceder en silla de ruedas por la empinada rampa con escalones. A la decepción se unía la indignación. No es la primera vez que las ciudades presentan barreras infranquabes para determinadas condiciones.
Las monitores del grupo llamaron a la Policía Local. Ante la tardanza otros vecinos llamaron al concejal de Policía, Marc Casellas y de Formación, Manal El Mesmoudi Belechgar Soussi. Se volvió a activar el aviso.
Ruta alternativa
Desde el restaurante donde iban a celebrar el cumpleaños llamaban para ver si iban a acudir porque se retrasaban. «Estamos atrapados en el puente porque el ascensor no funciona», respondía el grupo.
Tuvieron que esperar unos 50 minutos hasta la llegada de tres policías que señalaron que no podían cargar con las sillas y aconsejaron al grupo a ir dar marcha atrás y cruzar las vías por un puente a pie de calle sin rampas en en límite con El Vendrell.
Las monitores señalaron que la acera no tenía anchura suficiente para las sillas y los agentes se ofrecieron a acompañarles. No fue necesario. Finalmente una aparte del grupo pasó por la rampa y el joven de la silla eléctrica tuvo que ir hasta el cruce bajo la vía.

La rampa bajo la vía del tren en Calafell es impracticable para sillas de ruedas.
La situación indigno a muchos vecinos que explicaron que ese ascensor está averiado constantemente. Esta misma semana la concejal Manal El Mesmoudi Belechgar Soussi, tuvo que acudir para ayudar a una mujer que había quedado atrapada.
Ese ascensor no sólo es imprescindible para las personas con movilidad reducida, también para vecinos que van cargados con la compra o que llevan sillas con niños.
También es cierto que además de las averías que puede sufrir, el equipo es en ocasiones víctima del vandalismo que lo deja inutilizado.
Los vecinos reclaman mayor agilidad para reparar un equipo que debe ayudar a muchas personas ya que la rampa que hay en paso inferior de la calle Sant Pere no parece que cumpla con las pendientes y sus escalones, para la obligación de supresión de barreras arquitectónicas