Dentro del ala del Castell de Torredembarra que nunca se abre para nadie

«Bueno, a ver, ¿quién tiene la llave?», ha preguntado en voz alta, este 13 de diciembre, el historiador Xavier Garcia Puerto, antes de enfilar la escalera hacia la planta noble del Castell dels Icart. «Está abierta», le ha respondido el concejal de Cultura, Daniel Pujol. Abierta por primera vez en 25 años. 

Un grupo de afortunados ha podido recorrer esta mañana el ala izquierda de la primera planta del edificio más emblemático de Torredembarra, que permanece cerrada al público y en desuso desde que el resto del inmueble se rehabilitó en el 2000. Han sido unas 70 personas, dentro de las visitas guiadas que el Ayuntamiento ha organizado para conmemorar el cuarto de siglo de la reforma del Castell. Y han visto lo que casi nadie ve. 

Paredes cubiertas por cenefas decorativas de colores, techos jaspeados, los restos de una chimenea que a duras penas se distingue y algunas inscripciones de otra gente que pasó por allí hace mucho, hechas directamente rascando la piedra, y que son una suerte de sello del paso del tiempo: «Hay una de los Socios del Barcino de mayo de 1922 y también otra más antigua, de 1825», ha detallado Garcia Puerto, que ha guiado el particular viaje al pasado.

«Accediendo a una parte de la planta noble, hemos podido intuir el momento de gloria del Castell: cuando se podían ver el estuco y los frescos de las paredes en la sala principal del señor. Hemos identificado dónde estaba la chimenea hecha con jaspe de las canteras de Tortosa y ver cómo se estructuraban las estancias», ha resumido el historiador sobre el ala izquierda, «en la que los señores recibían visitas y hacían comidas y cenas con ellas, así que había una despensa y un espacio de recepción». El ala derecha alberga las alcobas, pero su estado desaconseja las visitas de grupos numerosos como el de ayer.

El Castell dels Icart empezó a levantarse en 1565, promovido por Lluís d’Icart, «el Icart más importante de la familia que gobernaba la Torre». Es el único edificio civil de nueva planta del Renacimiento que se conserva en Catalunya. Sus visitantes admiraron ayer la fachada imponente y el patio interior, «la pieza más potente de lo que queda». El Ayuntamiento quiere recuperar la planta noble. «Está previsto. Estamos mirando que encaje en el Pla de Barris. Tenemos varias propuestas sobre a qué se destinaría», ha detallado el concejal de Cultura.