Apropa Cultura
El Celler de Vila-seca y la orquesta Camerata XXI eliminan barreras en el concierto de Navidad accesible
Más de 350 personas de una docena de entidades sociales del Camp de Tarragona llenan el Celler en un concierto especial gracias a la iniciativa Apropa Cultura

Un momento del concierto de Navidad accesible en el Celler de Vila-seca.
El Celler de Vila-seca ha sido este jueves el escenario, por segundo año, del concierto de Navidad accesible de la orquesta Camerata XXI. Una iniciativa que organiza la red Apropa Cultura y que busca generar espacios culturales seguros y adaptados para entidades sociales y personas vulnerables. Tras el éxito del año pasado, en esta segunda edición, las entradas se agotaron en apenas dos días. Un total de 13 entidades del territorio y más de 360 personas han podido disfrutar del concierto navideño de Camerata XXI en un día muy especial tanto para los espectadores como para los artistas.
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«La idea es hacer el mismo concierto que ofrecen en cualquier teatro, pero en un horario distinto, que es por la mañana», explica Anna Catà, mediadora del programa Apropa Cultura. Eso facilita que muchas personas que por la tarde no pueden salir, como gente mayor de residencias, puedan acudir. Además, toda la logística que rodea el espectáculo se adapta para facilitar que asistan personas con movilidad reducida.
El espectáculo es con entrada relajada, por lo que desde una hora antes del inicio del concierto ya empiezan a acomodarse los espectadores en el Celler. Un gran equipo de voluntarios, alumnos de los institutos de Vila-seca que ayudan a los usuarios de la residencia y voluntarios de CaixaBank, colaboran para que todo salga rodado. Para esta ocasión, se suprimen las primeras siete filas de la grada retráctil y de esta forma se genera un espacio para unas 40 sillas de ruedas. «Poder contar con el espacio por la mañana está muy bien, pero si no tienes sitio donde poner las sillas de ruedas, no serviría de demasiado», apunta Anna.
La mediadora recuerda que «Apropa Cultura se dirige a entidades sociales, del ámbito de la discapacidad, física, orgánica o intelectual, personas con problemas de salud mental y colectivos vulnerables muy diversos, desde residencias de mayores, personas privadas de libertad, personas sin hogar, mujeres que han sufrido violencia de género...».
Una de esas entidades es Creu Roja, que ha acudido al concierto con un grupo de 39 mujeres de Tarragona, El Vendrell y Vila-seca. Son mujeres que han sufrido violencias machistas o que se encuentran en situación de vulnerabilidad y que desde Creu Roja atienden para trabajar en su recuperación desde diferentes ámbitos.
«Trabajamos sobre todo el empoderamiento y que ellas creen vínculos entre ellas, que sientan que pueden recuperar su vida», señala Raquel Rabassó, técnica de Creu Roja. En este sentido, es crucial también facilitar el acceso a espacios de ocio seguros como este. La música en vivo como puerta hacia el bienestar emocional. «Son lugares a los que por sí mismas no saldrían, ya que no saldrían ni de casa. Dedicarte este tiempo y priorizarte cuesta mucho y por eso es importante este tipo de iniciativas», celebra Raquel.
Además de Creu Roja, han asistido al concierto más de 360 usuarios y usuarias del Centre Sociosanitari Ciutat de Reus, la Residència Vila-seca, Residència Amavir Reus, Club Social Tosquelles Cambrils, Marinada – Fundació Villablanca, Gaudim IPM – Fundació Pere Mata, Residència Ponent – Xarxa Santa Tecla, Club Social La Muralla, Menjador Social Joventut i Vida, Servei de Teràpia Ocupacional – Fundació Estela, Residència Bellisens – Fundació Villablanca y las residencias Mimara de Valls y El Pla de Santa Maria.
El año que viene, la iniciativa Apropa Cultura celebra 20 años desde su creación y entre sus retos se plantean explorar nuevas oportunidades en el Camp de Tarragona para acercar la cultura a estos colectivos. «Tenemos que tomar consciencia entre todos. Que los programadores culturales vean que también hay público por las mañanas. Es un público distinto, con otras características, pero también es público y hay una necesidad a cubrir», defiende Anna Catà.