Historia
VIDEO: Una historia de pescadores. Cuando Calafell era de madera
Patí Català Vela Llatina Calafell traza desde aquellas primeras botigues de pecadores al final de La Francisca

La playa de Calafel en la década de los años 20.
La asociación Patí Català Vela Llatina Calafell ha compartido un vídeo que recuerda la historia de una época en que ese tramo de litoral fue que el que concentró la mayor cantidad de barcas de pesca de la costa catalana y que el propio poeta Carlos Barral, muy vinculado a la localidad y a los pescadores, definió como la playa con más madera.
Fue a mediados del siglo XIX que sobre la arena de la playa comenzaron a levantarse las ‘botigues’ de pescador, unas sencillas construcciones para guardar los artes de pesca. En la planta baja estaba la barca y una cocina. En la superior la habitación. Entonces eran pocos los pescadores.
En aquella época vivir en la zona era difícil entre las marismas y los insectos. La pesca era casi de subsistencia con una veintena de barcas.

La playa de Calafell en 1930 ya con los pabellones de las Colonias de Vilamar.
La llegada del ferrocarril en 1862 fue un punto de inflexión. El pescado de Calafell tenía una vía rápida para llegar a los mercados de Barcelona. En 1892 se construyó la primera fuente y en 1918 la fábrica de hielo. La pesca comenzó a ser una actividad económica.
A principios del siglo XX el método de pesca conocido como de buey pasó a ser el de la vaca, más rentable. En los años 20 ya eran más de cien barcas reposando en la playa de Calafell. La zona con más madera de todo el litoral. Las barcas que se sacaban del mar con ayuda de caballos pasaron a ser varadas con la maquinilla que las arrastraba y que se conserva cono pieza de museo. En los años 50 la lonja ya era el motor económico de la zona.

Barcas en la playa de Calafell ya con la cofradía de pescadores
La sociedad civil, forjada por los propios pescadores activaron la comunidad en la zona. Se agruparon en la Hermandad y la cofradía. Y la zona de la paya tuvo su iglesia, escuela y hasta un cine.
Se añadió que el agua yodada de Calafell comenzó a levantar el interés por sus beneficios terapéuticos. En 1922 se establecieron las colonias de Vilamar para niños y en 1929 inauguro el sanatorio marítimo de Sant Joan de Deu. Intelectuales y familias barcelonesas como los Barral, los Mandri o los Sastre llegaban a la zona y transformaron las antiguas botigues de pescador en torres de veraneo.
Con la llegada de los motores las barcas de madera fueron quedando arrinconadas. Una de las últimas que surcó la costa de Calafell fue la Francisca, el último velero de arrastre en los años, recientemente replicada por la asociación Patí Català Vela Llatina Calafell.
Las barcas que quedaba de pesca fueron desplazándose al puerto de Vilanova. Pero Calafell sigue manteniendo esa esencia marinera en muchos de sus rincones.
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