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Relevo en los fogones en Cambrils

Nuevas generaciones de chefs cogen las riendas de un sector al alza que ha afianzado el municipio como la capital gastronómica de la Costa Daurada

Arnau Bosch es el jefe de cocina de Can Bosch, con una estrella Michelin desde hace tres dácadas.Foto: a. mariné

Mònica Just
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Cambrils y gastronomía son casi sinónimos desde hace años. La restauración es uno de los principales motores económicos y sociales del municipio. Y la mezcla de tradición y modernidad se ha convertido en una de sus grandes banderas. Reconocidos chefs y empresas con una larga trayectoria han hecho que se consolidara como la capital gastronómica de la Costa Daurada. La formación es cada vez mayor. Y los relevos están garantizados.

Arnau Bosch trabaja junto a su padre, Joan Bosch, en el restaurante Can Bosch. Es el jefe de cocina y ya lleva las riendas del negocio con sus padres y su esposa Eva. El restaurante tiene una estrella Michelin desde hace tres décadas. Arnau, con 27 años, ha crecido con esta realidad. Para él es un gran reto. Le encanta lo que hace, especialmente porque «no sabes qué puede pasar ni cómo saldrá. Es un trabajo que nunca acaba, aprendes constantemente y recibes estímulos de todas partes». «Me encanta», confiesa.

Su cocina es de autor, pero sin olvidar las raíces marineras que les han llevado hasta aquí. Y sus perspectivas ante el futuro de la gastronomía local, más que optimistas. Es consciente de que tener Estrella supone una gran presión. Pero asegura que «sabemos gestionarla para tratar de seguir haciendo las cosas bien hechas».

Xavi Martí es otro ejemplo de estas nuevas generacions de chefs cambrilenses. «Casi podría decirse que nací en un restaurante. Mis primeros recuerdos están entre fogones, con abuelos, padres y tíos, todos cocineros», explica. Pero fue con el tiempo y la mayoría de edad cuando empezó a coger responsabilidades y el gusto por la cocina. «A día de hoy dirijo el restaurante Casa Macarrilla con la misma ilusión que lo hacían mis abuelos en sus primeros días, ahora hará 50 años», apunta.

Es consciente de que dedicarse a la cocina «es entregarse en cuerpo y alma. Sacrificar fechas y celebraciones importantes por un trabajo que consiste en hacer felices a los demás». Amodo de ejemplo, apunta, está el caso de la boda de su primo. «Se casa en breve. Me he criado con él y le quiero como a un hermano. Pero no podré ir para dar de comer a mis clientes. Esto es así: cuanto más grande es el sueño más cosas deberás sacrificar por el camino».

Lo que más le gusta es la posibilidad de evolución y mejora constante. «Puedes inventar, reinventar o versionar y es muy gratificante. Cuando alguien te felicita te sientes realizado». Cree que el futuro de la cocina del municipio está en constante mejora.

De la mano de otra ‘Estrella’

Rubén Campos está al frente de los fogones del restaurante del Club Nàutic Cambrils. Lleva allí once años. Ahora tiene 35. Aunque estudió Empresariales, se adentró en el mundo de la cocina porque es lo que vivió en casa desde pequeño. Es hijo de Diego Campos, propietario del restaurante Rincón de Diego, también con una estrella Michelin.

Rubén confiesa que se dedica a esto porque le gusta «muchísimo». «De otro modo sería imposible, porque es una forma de vida. Vas al revés del mundo. Trabajas 13 horas al día, y cuando los demás tienen fiesta. El resto del tiempo lo dedicas a hacer un poco de ejercicio o a pensar nuevas recetas», explica. Su cocina parte de una base tradicional. Aunque, sin perder la esencia, también le gusta ser creativo. Lo que más le gusta es poder compartir profesión con su padre. «Hemos viajado juntos por todo el mundo. Y cuanto más sabes, antes te das cuenta de que engancha».Al margen de su labor en el Nàutic, también está implicado en la preparación de la carta y el menú del Rincón de Diego. Trabajan codo con codo, padre e hijo. Para él, las jornadas gastronómicas que se celebran en Cambrils son un ejemplo de que «aquí estamos muy unidos y no nos escondemos».

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