En el año 1741, el naturalista y teólogo Georg Wilhelm Steller navega con la expedición de Bering en una misión de exploración del norte con el objetivo de encontrar una ruta marítima entre Asia y América. No consiguen llegar a América, pero hacen un descubrimiento sorprendente: la mítica sirena, una vaca marina gigante. Menos de treinta años después, la vaca marina de Steller ha sido cazada hasta su extinción. En 1861, el gobernador finlandés de la Alaska rusa envía a Helsinki el esqueleto raro e intacto de una vaca marina. Alrededor de ese esqueleto se entrelazan destinos, ambiciones y sueños humanos, pero también despierta una nueva y inquietante conciencia sobre la destrucción de las especies.

El darrer gegant marí, de Lida Turpeinen, con traducción de Emma Claret (Cossetània), ya en librerías, es el retrato de una especie, una vertiginosa aventura que se extiende a lo largo de tres siglos y una historia de grandes esfuerzos humanos: ciencia, arte y el deseo de devolver la vida a aquello que el ser humano ha destruido. En castellano publicada por Seix Barral con el título La bestia del mar y traducción de Luisa Gutiérrez. La autora sitúa al lector en el siglo XVIII para acompañar a Georg Wilhelm Steller, un fascinante naturalista, en su expedición en busca de la ya extinguida vaca marina. Pero lo que comienza como una aventura científica se transforma rápidamente en una exploración de los límites de la condición humana.
Steller, un personaje real, se convierte en un símbolo de la curiosidad, la perseverancia y, a la vez, de la ceguera con la que, con demasiada frecuencia, se contempla el mundo natural. Turpeinen no solo ofrece una minuciosa reconstrucción histórica llena de detalles, sino que interpela directamente sobre la cuestión de la extinción. ¿Qué nos dice la desaparición de una especie sobre nosotros mismos? ¿Qué legado queremos dejar a las generaciones futuras?