Hay un lugar donde en apenas unos metros de distancia el destino quiso que se infusionara un virtusismo cultural de nivel universal. Por nacimiento, por acogida o por un gesto de gratitud que 30 años después todavía parece difícil de entender.
Es una tarjeta de presentación de la que muy pocos pueden presumir. Ser la cuna del violoncelista y referente de la paz mundial como Pau Casals. Además haber acogido en su juventud al dramaturgo Àngel Guimerà.
La lista sigue: ser la sede de la Fundació Apel·les Fenosa. Un histórico caserón en el que el escultor realizó sus más destacadas obras y atrajo a referentes de la cultura, desde escritores a pintores y pensadores.
Si a ese set de ases se le une el gesto del notario Antoni Deu Font, que donó a la localidad la colección de más de 2.000 obras de arte desde pintura a escultura, alfombras, imaginería religiosa y otras piezas, la baza de El Vendrell es difícil de superar. El Museu Deu acoge una de las exposiciones de arte más destacadas de Catalunya.
Todo ese potencial cultural en el núcleo histórico. En las playas un emblema: el Museu Pau Casals que no sólo presenta al músico, sino su dimensión mundial como defensor de la paz. Un museo que combina las nuevas tecnologías con la emoción. Los sonidos con la imagen. Los recuerdos con la presencia.
Durante el día de ayer los museos de El Vendrell tuvieron un goteo de visitantes. Destacó el Museu Pau Casals en la playa de Sant Salvador que durante las jornadas de puertas abiertas se acercará a los mil visitantes.
En todo caso el noche y día de los museos en El Vendrell debería ser algo más que una jornada. La localidad ya impulsa esa oferta cultural como atractivo turístico durante todo el año con visitas guiadas que permite conocer un valor cultural.
En la presente edición se han sumado las muestras que acoge el nuevo edificio del Tabaris de Coma-ruga sobre el mosaísta Santiago Padrós y la reserva marina de Masia Blanca.