El TGN Bàsquet se queda sin ideas en el último cuarto y cae ante el Boet Mataró (59-66)

El TGN Bàsquet volvió a quedarse a medias en la Lliga Femenina 2. Cuando el partido parecía encarrilado tras un tercer cuarto ilusionante, el conjunto lila se desplomó en ataque en el tramo decisivo y acabó cediendo ante el Boet Mataró por 59-66. Solo ocho puntos en el último periodo condenaron a un equipo que sigue colista, con un balance de una victoria y diez derrotas.

El duelo tuvo nombre propio durante muchos minutos: Brigitte Lefebvre-Okankwu. La pívot canadiense firmó un final de tercer cuarto espectacular, con diez puntos consecutivos y un triple sobre la bocina que permitió al TGN Bàsquet darle la vuelta al marcador (51-49), después de haber ido perdiendo por diez puntos pocos minutos antes. Su exhibición alimentó la esperanza de una victoria que parecía posible.

Muchas pérdidas de balón

Con Iñaki Liarte de nuevo al frente del banquillo tras la salida de Sergio Manzano, el equipo mostró carácter, pero volvió a tropezar con viejos fantasmas. Las 21 pérdidas de balón —una cifra muy por encima de lo asumible— y los 11 tiros libres fallados pesaron como una losa en un partido igualado hasta el final. Algunas de esas pérdidas, además, se tradujeron en canastas fáciles del Boet que marcaron diferencias.

El problema mayor, sin embargo, llegó en el último cuarto. El Boet ajustó su defensa, cerró el juego interior y negó recepciones cómodas a Lefebvre-Okankwu, mientras que la circulación de balón de las locales se volvió espesa y previsible. Tampoco Maddy Gobeil logró entrar en el partido: bien defendida, sin continuidad ofensiva y finalmente eliminada por cinco faltas, no pudo aportar el desequilibrio habitual.

En un último periodo trabado y con mucho desacierto por parte de ambos equipos, el Boet encontró un pequeño hilo de inspiración que fue suficiente. Un triple y un dos más uno abrieron una renta peligrosa (53-58) que el TGN Bàsquet solo pudo amenazar de forma puntual con un triple de Emi García León. El empuje final no bastó y la victoria se escapó desde la línea de tiros libres visitante.

La sensación final fue amarga. El TGN Bàsquet volvió a competir, volvió a levantarse cuando parecía tocado, pero se quedó sin claridad cuando más la necesitaba. Y en una liga tan exigente, esos detalles —que ya no son tan pequeños— siguen marcando la frontera entre creer y ganar.