Hay partidos en los que lo que importa es ganar y lo demás está de más. El Nàstic comprendió este contexto frente a un Barça Atlètic al que venció con sufrimiento. La tensión, con la figura de Dani Vidal sobre el alambre, se respiraba y no ayudó a la propuesta, pero los granas se unieron en la adversidad, fueron valientes en la incerteza y le dieron más trayecto a un proyecto en el que creen con palabras y, por si quedaban dudas, con hechos. La victoria coloca a los granas con los mismos puntos que el quinto y el cuarto clasificado.
Hay onces que evidencian hechos. Dani Vidal sabía que frente al Barça Atlètic su futuro estaba en juego. Es por ello que eligió a once jugadores con los que iría a la guerra. De esos que están dispuestos a morir por la camiseta y por la continuidad del proyecto. Entre ellos no podía faltar Óscar Sanz. El canterano grana regresaba a la titularidad tras superar la lesión y tener unos minutos ante el Ourense para actuar en el centro de la zaga. No es su posición natural, pero es que lo cierto es que su rendimiento en dicha posición ofrece garantías absolutas y ahora mismo eso es lo que más demanda Dani Vidal y su Nàstic: fiabilidad.
El Nàstic de Tarragona comenzó el partido ofreciendo esa versión presionante que tanto le gusta al Nou Estadi. Compareció valiente y casi tiene premio porque Jaume Jardí probó de lejos pero Yaakobishvili, ese portero de nombre impronunciable, evitó el confort inicial.
Paradones de Rebollo
Aquel inicio no reinó en el guión porque con el paso de los minutos la cosa fue cambiando. El Barça Atlètic comenzó a tener más la pelota y el Nàstic de Tarragona ofrecía síntomas de impotencia sin ella. Los azulgranas pudieron colocar el 0-1 en el marcador hasta en cinco ocasiones, pero Dani Rebollo, titular por sorpresa, estuvo muy firme en todas ellas.
Joan Oriol marcaba de penalti
El partido corría la media hora y las sensaciones no estaban siendo del todo buenas porque el Nàstic no tenía la pelota y, lo más preocupante, no era capaz de amenazar cuando la recuperaba porque le estaba faltando calma. Pero el fútbol es un estado de ánimo en el que el gol es el mayor antidepresivo. El fútbol también es un deporte que se arropa mucho en lo caprichoso y volvió a suceder. Alan Godoy, silbado en su regreso a la que fue su caso, cayó en la trampa en un córner en el que despejó la pierna de Pablo Fernández en vez de la pelota. Campos Salinas le dio suspense al asunto, pero finalmente decretó penalti.
Joan Oriol cogió el cuero y le echó hielo a la brasa. El cambrilense ejecutó el penalti como solo un veterano de mil batallas puede hacerlo. Picó la pelota con sutileza y encontró el lado opuesto del portero azulgrana.
El 1-0 era un resultado muy goloso para un Nàstic que pretendía crecer a través de él. Apenas tuvo tiempo para hacerlo cuando se encontró con su segunda diana a favor. Esta vez fue en una jugada marca de la casa. Víctor Narro, el asistente de la temporada, colocó uno de esos centros que son indefendibles. Un globo al que Ander Gorostodi llegó libre de marca para conectar un cabezazo inapelable. El 2-0 liberaba a un vestuario que lo volvía a celebrar como una piña, mandando un claro mensaje a todos: de esta crisis pretenden salir juntos y más fuertes.
Dos goles antes del descanso
El partido entraba en la recta final de la primera mitad, pero todavía guardaba sorpresas. El Barça Atlètic trenzó una de esas jugadas que solo el talento inventa y encontró la grieta en la defensa del Nàstic. Toni Fernádez decidió parar el tiempo, fabricarse el espacio y colocar un zurdazo a la escuadra de la portería de Rebollo. El 2-1 era un golpe psicológico al que había que hacer frente. Una prueba de fuego total para un equipo al que confianza precisamente no le sobraba.
El conjunto de Dani Vidal decidió mirarle al miedo a la cara y lo golpeó sin darle tiempo a pestañear. Esta vez fue Pablo Fernández el que asumió el reto. El asturiano recogió un disparo tenso de Migue Leal, lo controló y cruzó su disparó para pillar contrapie al portero del Barça Atlètic. Un bálsamo antes del descanso. El 3-1 era un resultado justo porque el Nàstic había sabido resistir y había golpeado con firmeza y eficacia cuando tocaba.
En la segunda mitad, el Nàstic decidió dibujar un bloque bajo arropado en su originario 4-4-2. La idea era no concederle espacios al Barça Atlètic y matarle en alguna contra porque el filial azulgrana debía exponerse sí quería rascar algo del Nou Estadi. Eso sí, ese plan presentaba algunos riesgos porque los niños que habían enfrente son capaces de dibujar jugadas que no hay táctica ni orden que frene.
En una de esas jugadas combinativas, el Barça Atlètic casi encontró premio con un disparo de Landry en el que Rebollo volvió a estar bien atento para sacar una mano cuando ya parecía vencido y sostener al Nàstic con la doble ventaja en el marcador.
El Barça recortaba distancia
El miedo apareció de nuevo en el minuto 67. Un disparo que parecía tener controlado Rebollo se encontró con la cabeza de Óscar Sanz y la pelota acabó dentro de la portería. Un gol en propia que dibujaba incertidumbre para una agonía con más que tres puntos en juego.
El Nou Estadi se congeló en el minuto 76. Raul Dacosta rompió líneas con la pelota y disparó sin oposición desde la frontal. Rebollo había hecho la estatua y la tragedia se mascaba, pero la pelota paso rozando el palo. Un suspiro de alivio se respiró en el ambiente.
Sufrimiento final
Antoñín Cortés amenazó con la sentencia en un par de ocasiones, pero el partido quería más dramatismo. Seis de añadido sumergieron al Nou Estadi en una agonía interminable. Pero acabó y con victoria para el Nàstic de Dani Vidal que aleja los fantasmas por el banquillo, al menos por un tiempo. Una tregua a la duda.
FICHA TÉCNICA
Nàstic. Rebollo; Migue (Marc Fernández, 63′), Óscar Sanz, Gorka, Oriol (Domingo, 63′); Jardí, Gorostidi, Montalvo, Narro; Pablo (Alex Jiménez, 69′), Antoñín..
Barça Atlètic. Yaakoshvili; Farré (Cedric, 85′), Cortés, Sergi, Anaya (Mbacke, 63′); Fernández (Virgili, 63′), Garrido (Oduro, 85′), Soma, Guille (Rubén, 74′), Dacosta; Godoy.
Goles. 1-0 (31′): Joan Oriol. 2-0 (37′): Gorostidi. 2-1 (45′): Toni Fernández. 3-1 (46′): Pablo Fernández. 3-2 (68′): Óscar Sanz. p.p.
Árbitro. Campos Salinas amonestó a Gorostidi y Godoy.