Economía

Energía-Análisis

Tarragona, epicentro de la transición energética catalana

La provincia lidera hoy gracias la la eólica y la nuclear, pero deberá reinventarse para garantizar su protagonismo en el sistema energético global del futuro

Parque eólico La Collada,en El Perelló.

Parque eólico La Collada,en El Perelló.Joan Revillas

Ana Rivera
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La transición energética en Catalunya avanza, pero no al ritmo necesario para cumplir con los compromisos marcados por la PROENCAT 2050. Así lo evidencia el Informe OBERCat 2024 del Observatori de les Energies Renovables de Catalunya, que muestra un crecimiento de las energías renovables del 18,6% respecto al año anterior, alcanzando un 19,1% de la generación eléctrica total. A pesar de este avance, el grueso de la demanda sigue cubriéndose con energía nuclear (50,3%) y aún falta más del 79% de capacidad renovable para alcanzar el objetivo del 50% de electricidad renovable en 2030. Esto subraya la dependencia estructural de un modelo que afronta el inminente cierre de reactores en la próxima década.

En este contexto, Tarragona emerge como protagonista: líder indiscutible en energía eólica, sede de los principales reactores nucleares de la comunidad y territorio con potencial para la expansión solar y de residuos, la provincia se encuentra en el corazón del debate sobre cómo garantizar el suministro y cumplir los objetivos climáticos.

Las cifras revelan avances, frenos y un gran desafío: multiplicar la capacidad renovable instalada en apenas cinco años para acercarse a los compromisos europeos y a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de 2030.

Los datos revelan un retroceso en el cumplimiento
de los ODS y de la agenda PROENCAT-2050

Según los datos del Institut Català d’Energia (ICAEN), en 2024 Cataluña produjo 38.997 GWh de energía eléctrica, el dato más bajo de producción neta de energía eléctrica desde el 2001. Las renovables, contando el autoconsumo eléctrico, cubrieron un 21,6% de la demanda eléctrica catalana, de la cual un 8,9% fue hidroeléctrica, un 7,1% eólica, un 4,5% de fotovoltaica y un 1% otros renovables.

La demanda eléctrica en barras de central, a su vez, fue de 44.732 GWh. Por lo tanto, el 2024 Catalunya tuvo que importar 5.734 GWh, un 12,8% de su demanda eléctrica, el porcentaje más alto desde el año 2010.

El análisis del informe OBERCat 2024 también pone de relieve que, si bien la hidráulica experimentó un fuerte repunte en 2024 gracias a unas condiciones meteorológicas favorables, esta fuente concentra casi el 70% de su producción en Lleida, dejando a otras provincias, como Tarragona, en un papel secundario en este campo.

Por el contrario, es en la eólica donde Tarragona se sitúa como motor principal, generando más de 2.800 GWh y consolidándose como la provincia más relevante en este ámbito. La Terra Alta y el Baix Ebre se han convertido en el epicentro de este crecimiento, con parques que ya forman parte del paisaje y nuevas instalaciones como Tres Termes que refuerzan este liderazgo de la demarcación.

Pese a ello, la eólica catalana en su conjunto sufrió un retroceso del 7,8%, debido a factores meteorológicos y paradas técnicas, lo que demuestra la vulnerabilidad de depender de recursos intermitentes y expuestos a las condiciones meteorológicas en función de la intensidad del viento.

Si desglosamos estos datos de forma particular, podemos observar el mapa del potencial o la posibilidad de mejora de cada una de la tipología de las energías, tanto a nivel de Catalunya como de Tarragona.

38.997 
​son los GwH que produjo Catalunya
en 2024, el dato más bajo
de producción eléctrica
desde 2001

La eólica, con Batea y la Terra Alta
como nuevo referente gracias
al potencial del parque Tres Termes

Tarragona es la provincia catalana más relevante en energía eólica. En 2024 generó más de 2.800 GWh, consolidando su liderazgo dentro de Catalunya. Este peso se ha reforzado con la inauguración del parque eólico Tres Termes en Batea y Vilalba dels Arcs (Terra Alta), que entró en funcionamiento en julio de 2024. Equipado con ocho aerogeneradores de 3,8 MW cada uno y una potencia total de 30 MW, este proyecto es el último de los parques adjudicados en el concurso eólico catalán de 2009 que logra hacerse realidad. Aunque la aportación pueda parecer modesta en el contexto global, refuerza la posición de la Terra Alta como comarca pionera en la transición energética.

A nivel regional, la eólica catalana sufrió un retroceso del 7,8% debido a factores meteorológicos y paradas técnicas, evidenciando la vulnerabilidad de depender de recursos intermitentes. El potencial sigue siendo enorme: repotenciación de aerogeneradores, proyectos híbridos con almacenamiento y la futura eólica marina son piezas clave para alcanzar los objetivos de 2030.

Ascó y Vandellòs: 
la columna vertebral nuclear,
la energía que sigue cubriendo el grueso de la demanda

Si la eólica es el motor renovable, la nuclear sigue siendo la columna vertebral del sistema eléctrico catalán. En Tarragona se ubican los tres reactores nucleares en funcionamiento: Ascó I y II, en la Ribera d’Ebre, y Vandellòs II, en el Baix Camp. En conjunto, aportaron 22.178 GWh en 2024, cubriendo más de la mitad de la demanda eléctrica catalana y representando el 50,3% del total.

Pese a la ligera caída del 1,6% respecto al año anterior, la energía nuclear mantiene su rol central. El horizonte es incierto: según el 7º Plan Nacional de Residuos Radioactivos, Ascó I cerrará en 2030, Ascó II en 2032 y Vandellòs II en 2035. Este calendario plantea un desafío crítico para territorios como la Ribera d’Ebre, muy dependientes de la actividad nuclear en términos de empleo e ingresos municipales.

Central nuclear de Ascó.

Central nuclear de Ascó.Joan Revillas

Hidráulica: la fuerza concentrada y vulnerabilidad latente con el mayor aumento con respecto a 2023

La energía hidráulica fue la renovable de mayor aporte en Catalunya en 2024, con 3.600 GWh, un aumento del 62% respecto a 2023, impulsada por unas condiciones meteorológicas favorables. Sin embargo, casi el 70% de esta producción se concentra en Lleida, dejando a Tarragona y otras provincias en un papel secundario.

Esta concentración geográfica revela la vulnerabilidad del sistema: en un contexto de sequías más frecuentes y prolongadas, la hidráulica, aunque estratégica, se convierte en un recurso que no puede garantizar por sí solo la estabilidad del suministro eléctrico. Además, su dependencia de la disponibilidad de agua hace que la planificación y el almacenamiento sean esenciales para amortiguar los picos de demanda. Los expertos destacan que, a pesar de su relevancia, la hidráulica debe complementarse con otras fuentes renovables y soluciones de almacenamiento para lograr un sistema más resiliente y menos sujeto a la variabilidad climática.

Solar fotovoltaica
y autoconsumo: margen para crecer tras una caída del 42% en las nuevas conexiones

La fotovoltaica representó aproximadamente el 1,1% de la generación total en 2024. Tarragona ocupa la tercera posición en capacidad instalada, tras Lleida y Barcelona. Catalunya contaba con 386 MW solares sobre suelo (sin incluir autoconsumo), con una parte creciente de proyectos en tramitación en el Baix Camp, Ribera d’Ebre y Baix Penedès.

El autoconsumo en cubiertas supera las 126.000 instalaciones activas y una potencia de 1.381 MW, aunque el ritmo de nuevas conexiones cayó casi un 42% respecto al año anterior debido a la incertidumbre regulatoria, lentitud administrativa y encarecimiento de materiales. Para cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de 2030, Catalunya deberá multiplicar su capacidad fotovoltaica, fomentar autoconsumo compartido y desplegar almacenamiento que garantice estabilidad y retorno de inversión.

Residuos y biomasa: un papel complementario
y con potencial dentro de la economía circular

Tarragona también juega un rol destacado en la generación a partir de residuos sólidos urbanos, siendo la segunda provincia catalana tras Barcelona con 127 GWh generados en el año 2024. Aunque estas cifras son relativamente modestas en el conjunto del mix eléctrico, muestran el potencial de la demarcación de Tarragona para contribuir a una economía circular que aproveche los residuos como recurso energético.

En cuanto a biomasa y biogás, su peso sigue siendo marginal en la producción eléctrica, sin capacidad industrial significativa hasta el momento. Sin embargo, el informe OBERCat subraya que estas fuentes podrían ganar protagonismo en un futuro si se facilitan los proyectos y el acceso a financiación, así como su integración en circuitos locales de aprovechamiento de residuos y subproductos agrícolas o forestales. La biomasa y el biogás no solo ofrecen electricidad, sino también oportunidades de empleo local, innovación tecnológica y reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, alineándose con los objetivos de sostenibilidad y descarbonización de Catalunya.

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