Comienza por la B, siete letras

B_ _ _ _ _ _. En mayo de 2019, la Organización Mundial de la Salud (OMS) lo reconoce oficialmente como enfermedad, tras ser responsable de más de 3 millones de muertes anuales.

BU_ _ _ _ _. 47 millones de personas han abandonado su trabajo durante 2021 en EEUU por el agotamiento derivado del mismo (algunos expertos lo catalogan de epidemia).

BUR_ _ _ _. Tras la pandemia, ha afectado mayoritariamente a personal sanitario, maestros y cuidadores de personas dependientes.

BURN_ _ _. El Foro Económico Mundial estima que el impacto que tiene en la economía global es de 322.000 millones de euros (más que el valor de toda la economía de Finlandia).

BURNO_ _. Según la Agencia Europea para la Salud y la Higiene en el Trabajo (OSHA), actualmente el 28% de los trabajadores europeos (40 millones) lo sufren como consecuencia del estrés laboral de su día a día.

BURNOU_. Algunos Gobiernos (como el de México o Bélgica) han tomado cartas en el asunto y han implementado leyes que obligan a las empresas a proteger a sus trabajadores del mismo.

BURNOUT. Su traducción más habitual al español es: «síndrome del desgaste profesional».

¿Conoces el síndrome de burnout?

Puede que lo hayas escuchado en el telediario, leído algún artículo al respecto o que haya llegado a ti alguna noticia sobre el fuerte impacto que está teniendo en EEUU. Pero... ¿eras consciente de los datos que he compartido contigo?

No se trata de una quimera, ni una invención de personas que no quieren ir a trabajar. Hablamos de un profundo agotamiento mental, emocional y físico provocado por el estrés. Un problema crónico que genera desapego, desmotivación e incluso depresión y que repercute negativamente en la salud física y mental de las personas que lo padecen.

Si crees que esto no va contigo, que esas cifras a nivel mundial no te pueden llegar a afectar... Entonces hablemos de las consecuencias que puede suponer para tu empresa, tus compañeros o empleados.

Comencemos por el impacto que provoca en las personas: problemas cognitivos, enfermedades cardíacas, insomnio, actitud cínica y hostil hacia el trabajo y las personas que las rodean y, por último, una percepción negativa de sí mismas. Preocupante, ¿verdad?

Ahora vayamos con la repercusión que tiene en las empresas y, por ende, en la economía: el coste de la baja productividad, derivada del estrés, se estima en unos 300.000 euros por cada 100 empleados (Global Human Capital Trends, 2021), más del 50% de las bajas laborales están vinculadas a la salud mental (OSHA, 2021), así como el 32% de las personas que se plantean dejar su puesto de trabajo lo hacen por las mismas razones (Infojobs, 2022); por último, las pérdidas anuales derivadas del absentismo y el estrés laboral suponen un 9% del PIB español.

Hoy, 24 de julio, es el día Internacional del Autocuidado. Pese a que no soy muy dado a consultar ni celebrar este tipo de festividades, creo que ésta es una fecha que debemos marcar en nuestros calendarios. Un punto y a parte que nos haga recordar que desde hoy, y todos los días que tenemos por delante, debemos promover el cuidado de nuestra salud mental y física.

Y no solo a título personal, sino dentro de nuestras organizaciones. No os hablo de empresas utópicas, simplemente unas donde haya una comunicación fluida entre personas, donde el talento se sienta reconocido y valorado por aquello que aporta, donde la gente sea escuchada y se tengan en cuenta sus necesidades.

En definitiva, conseguir que esa palabra que comienza por la ‘B’ no tenga 7, sino 9 letras: BIENESTAR.