Emprendedor residente

Hace pocos días la Asociación Española de Directivos (AED) organizó un coloquio interesante en Tarragona entre dos ejecutivos de sectores muy distintos. De una parte el Presidente y Consejero Delegado de una empresa madura y consolidada como Borges, David Prats. 125 años de historia, 600 millones de facturación y sector agroalimentario. A su lado, una directiva del ecosistema startup, la co-founder y socia de 101 Ventures, Rita Almela. El debate fue vivo e interesante, pero una cuestión se mantuvo en el centro de la charla. ¿Un emprendedor es solo aquella persona que pone en marcha un negocio desde cero o se puede ser emprendedor siendo empleado de una empresa madura y creando nuevos proyectos y negocios bajo ese paraguas?

La pregunta es pertinente porque en medio de la revolución digital, con el reto de la sostenibilidad ganando urgencia y en plena redefinición de la globalización, se necesitan emprendedores en todas partes. Se necesitan en las nuevas startups, pero también, y muchos, en las empresas grandes y consolidadas que crean ahora mismo la mayor parte de la riqueza y el empleo en nuestra economía. Para conseguir cuadrar el círculo y tener toda la energía de las nuevas startups junto a la experiencia, conocimiento y recursos de las grandes empresas, se pueden seguir estrategias diversas. El corporate venturing es una de ellas, pero últimamente una nueva figura gana peso en el mapa de talento corporativo: el Emprendedor Residente o Founder in Residence (FiR)

En origen el Emprendedor Residente (FiR) nace en los fondos de capital riesgo, como una forma de girar la ecuación e invertir prioritariamente en el talento en lugar de en los proyectos. Fichar un emprendedor con experiencia para que en el plazo de un año ponga en marcha un proyecto nuevo con el apoyo del fondo. La figura ha evolucionado y hoy son muchas las empresas consolidadas en sectores maduros que incorporan a su equipo directivo un Emprendedor Residente. Un nuevo rol con dos misiones principales: estimular el emprendimiento en el conjunto de la empresa e impulsar nuevos negocios con el apoyo de la compañía. Hacerlo en poco tiempo y con los mínimos recursos, pero con ambición y objetivos de crecimiento acelerado. Hacerlo con espíritu startup.

Uno de los principales mandamientos de la gestión de empresa determina que sólo se hace lo que se mide (’what gets measured gets done’), pero se podría añadir un corolario que dijera que sólo se hace lo que alguien con galones tiene la responsabilidad de realizar. Por mucho que la dirección de una empresa repita que la innovación es fundamental, hasta que un directivo al máximo nivel no tenga la innovación entre sus responsabilidades principales, difícilmente se convertirá en una empresa innovadora. Con el emprendimiento ocurre exactamente lo mismo, si una empresa quiere ser emprendedora, si quiere crear nuevas líneas de negocio que garanticen el crecimiento futuro, necesita alguien con galones que sume a la experiencia y la capacidad la responsabilidad de hacerlo. Necesita un Emprendedor Residente.

Marc Arza, CEO Startsud Studio.