Edificaciones bunkerizadas a prueba de todo

Safe Think, en Tarragona, diseña y fabrica edificios modulares resistentes a explosiones, incendios, seísmos, fugas tóxicas y radiactivas 

28 febrero 2022 09:01 | Actualizado a 28 febrero 2022 09:18
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Explosiones, incendios, fugas tóxicas y radiactivas, seísmos... En Safe Think, con nave y oficinas centrales en el polígono industrial Riu Clar, en Tarragona, están especializados en el diseño, fabricación e instalación de edificaciones modulares bunkerizadas destinadas a entornos de alto riesgo, un sector muy especializado y competitivo en el que han logrado hacerse con una buena posición a escala europea.

La práctica totalidad de los clientes de Safe Think se encuentran hoy en el sector industrial, con una presencia importante en el polo petroquímico de Tarragona y, más recientemente, en otros lugares de Catalunya y España. Ahora, encaran un proceso de internacionalización

Fundada por Jaume Gol y Aitor Cornejo en el año 2013 en Vilanova i la Geltrú ( Garraf) como empresa especializada en edificaciones modulares, pronto vieron una oportunidad en la petición que les hizo un primer cliente del polo petroquímico de Tarragona para construir una edificación bunkerizada en su site. Tras ese cliente empezaron a llegar más -llevando a su especialización en el sector industrial-, pero no fue hasta el accidente en las instalaciones de la empresa Iqoxe, en enero de 2020, que se disparó «la consciencia y la demanda», explica Aitor Cornejo, de este tipo de edificaciones.

«Empezaron a llamarnos clientes -recuerda Cornejo- preguntando: ‘¿Lo que tengo, aguanta?’. A partir de ahí, estudiamos los edificios y vimos las posibilidades que tenían. Si por ejemplo nos encontramos, como nos ha sucedido, con una sala de control que no está bunkerizada, se tira al suelo y se hace de nuevo. En otros casos, podemos reforzar los edificios ya existentes».

«Analizamos caso por caso cuál es la sobrepresión que le llega al edificio y, en función de ello, decidimos si hay que reforzarlo o derruir y hacerlo nuevo», añade Jaume Gol. En todos los casos, se trata de edificaciones modulares, industrializadas en fábrica y ensambladas en su destino final.

El proceso

Seis meses para fabricar, veinte días para ensamblar

  • Tres proyectos al año En Safe Think acostumbran a manejar unos tres proyectos al año, con combinaciones de módulos que suman entre 200 y 500 metros cuadrados por proyecto, hasta un total de unos 20 módulos al año.
  • Diseño y fabricación  En un proyecto de entre 400 y 500 metros cuadrados intervienen unos diez módulos. Diseñar un proyecto de estas características requiere, trabajando con el cliente, entre dos y tres semanas de dedicación, tras lo cual se pasa a la fase industrializada, que hoy llevan a cabo en Santa Coloma de Queralt. Una edificación de estas características tomará unos seis meses de trabajo en fábrica.
  • Montaje y ensamblaje Una vez terminados de fabricar los módulos, es el momento de emplazar el edificio en su ubicación definitiva (que, en algunos casos y según el diseño que se conciba, puede ser también una ubicación móvil). Transportar todos los módulos desde Santa Coloma de Queralt hasta el polo petroquímico de Tarragona (también a cualquier otra parte de Catalunya) tomará dos días. Montarlos (los módulos deben ponerse derechos y encajar entre ellos como piezas de construcción) tardará dos o tres días. Ensamblarlos y rematarlos (conectar el agua, la luz...) puede tardar unos 15 días más. A lo sumo, una veintena de días entre que los especialistas llegan y entregan las llaves del edificio terminado. 
Fabricación, no construcción

«Los edificios -explica Jaume Gol- se trabajan en fábrica, a la altura del suelo, donde las medidas de seguridad son óptimas y el riesgo de accidente baja mucho, y después, en apenas un par de semanas en la planta donde se tiene que instalar, se ensambla. De nuestra fábrica, ese edificio sale con todo: grifería, duchas... solo hay que conectar y acabar los remates».

Salas de control, oficinas, comedores... cualquier tipo de uso es posible, con las edificaciones entregadas llaves en mano, si es necesario con el mobiliario instalado y los ordenadores conectados.

En el polígono industrial Riu Clar, en Tarragona, Safe Think tiene hoy su sede central, en una nave de 400 metros cuadrados que sirve de oficinas centrales, almacén y taller, y donde trabajan de forma estable una decena de personas, con puntas de producción, según los proyectos en los que se encuentren, que pueden oscilar entre las 20 y 40 personas más.

De estas instalaciones depende el diseño y el ensamblaje final de las edificaciones que comercializan, mientras que la fabricación se lleva a cabo en Santa Coloma de Queralt (Conca de Barberà), en las instalaciones de una industria especializada en edificaciones modulares de hormigón.

Las edificaciones civiles son un mercado en el que no descartan crecer en un futuro

Los módulos tridimensionales de hormigón son la base de sus edificaciones, puesto que se trata de un material que se comporta muy bien en un entorno de explosión o incendio, aunque entre su oferta hay también edificaciones modulares metálicas, de menores dimensiones y destinadas a un uso más temporal.

En 2020, la facturación de Safe Think ascendió a 2 millones de euros, bajando hasta los 800.000 euros en 2022, en una actividad muy vinculada a los ciclos inversores de las industrias, aunque «la tendencia durante todos estos años -explica Jaume Gol- siempre ha sido crecer». 

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