Internacional

Escalada en Europa

Rusia redobla la amenaza a la OTAN y despliega misiles con capacidad nuclear en Bielorrusia

Entran en servicio los 'Oreshnik' mientras Kiev y Moscú se acusan mutuamente de torpedear las negociaciones de paz

Imagen del misil 'Oreshnik', desplegado en Bielorrusia

Imagen del misil 'Oreshnik', desplegado en BielorrusiaRUSSIAN DEFENCE MINISTRY PRESS SERVICE HANDOUT

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El arsenal de cualquier potencia que se precie debe esconder armas que instilen miedo a sus enemigos aunque nunca hayan sido utilizadas en tiempos de guerra. Proyectiles con capacidades sorprendentes, al menos sobre el papel. Rusia cuenta con un amplio catálogo de modelos que cumplen esos requisitos. Los dos últimos que Vladímir Putin ha presentado en sociedad con sendos tests han sido el misil de crucero de propulsión nuclear 'Burevestnik' y el torpedo atómico intercontinental 'Poseidón'. Su principal objetivo es servir de elemento disuasorio para mantener a la OTAN a raya, ya que echar mano de ellos podría tener consecuencias trágicas para la propia Rusia. Pero aún no están operativos.

No sucede lo mismo con el misil hipersónico 'Oreshnik', teóricamente capaz de viajar a diez veces la velocidad del sonido -lo cual hace imposible su interceptación- y alcanzar objetivos a 5.500 kilómetros de distancia. Putin decidió este martes dar un paso más en su amenaza y anunció su entrada en servicio en territorio de Bielorrusia. De esta manera, cualquier ciudad española queda a tiro de Moscú, así como la costa oeste de Estados Unidos. No en vano, es la carta que Putin juega para evitar que la OTAN suministre a Ucrania misiles de largo alcance, como los 'Tomahawk' que reclama Volodímir Zelenski y le niega reiteradamente Donald Trump.

La noticia llegó a través de la prensa oficial acompañada de un vídeo en el que se ve un convoy -teóricamente, el que transporta los misiles- moviéndose por un bosque hasta un lugar en el que los lanzadores del 'Oreshnik' quedan tapados por una lona de camuflaje. Ni Moscú ni Minsk informaron sobre el número de misiles desplegados ni su ubicación, aunque diferentes grupos especializados en Defensa utilizaron imágenes por satélite y cree que podrían encontrarse junto al antiguo aeródromo de Krichev-6, a unos 300 kilómetros de la capital bielorrusa y a casi 500 de la rusa.

Negociaciones en peligro

Sin duda, es una medida que escala aún más la tensión en un momento en el que, teóricamente, se busca una solución negociada a la invasión de Ucrania. Donald Trump y Zelenski afirman haber consensuado hasta en un 95% una propuesta para poner fin a la guerra, pero el Kremlin no parece interesado en aceptarla. De hecho, Kiev acusa a Putin de buscar subterfugios para no hacerlo inventando un intento de asesinato en su residencia de Nóvgorod, algo que esta mañana reiteró el portavoz Dmitri Peskov. Eso sí, aseguro que no tiene intención de presentar ninguna prueba sobre el supuesto ataque con drones. "No creo que deba haber ninguna prueba si se está llevando a cabo un ataque con drones tan masivo, que, gracias a la coordinación del sistema de defensa aérea, fue derribado", respondió ante las preguntas de la prensa.

Las dudas son razonables. Incluso Trump, que el lunes afirmó estar "muy enfadado" por el ataque del que le informó el propio Putin, no tiene claro que sea cierto. "¿Cree que quizá no hubo ataque? Pues puede ser cierto también", afirmó en su conversación con los periodistas durante la visita del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu. En cualquier caso, tanto la Casa Blanca como el Kremlin aseguran que este episodio no minará la relación entre ambos países.

"Los líderes mantienen un diálogo basado en la confianza y siguen hablando. Las provocaciones de Ucrania, como sus actos de terrorismo de Estado, no pueden socavar la confianza mutua entre ambos presidentes", afirmó Peskov. No obstante, el ministro de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, aprovechó para arremeter contra el Ejecutivo de Zelenski, del que dijo que "ha vuelto a confirmar su naturaleza terrorista" con su intento de asesinar a Putin. "Si no pone fin a esta política criminal, no es posible el éxito de las negociaciones para alcanzar una solución fiable y duradera a la crisis ucraniana", añadió. Y Rusia ya no esconde que tiene planes para acabar con el presidente ucraniano. 

Según informó la agencia Sputnik, el general de división Serguéi Lipovo está convencido de que Zelenski reside en uno de los búnkeres a su disposición y añadió que su ejército tiene los medios para destruirlo. "Hay bombas que perforan hormigón y misiles con núcleos de acero capaces de penetrar entre 150 y 200 metros. Dependiendo de la dureza de la roca, pueden destruir cualquier estructura subterránea con una tasa de destrucción total garantizada", afirmó.

En cualquier caso, la diana de Rusia no solo se pone en Ucrania. Lavrov también denunció que "el objetivo principal de Europa es preservar el régimen de Kiev para preparar una nueva agresión contra Rusia". Sin duda, los 'Oreshnik' servirán para evitar esa agresión indeterminada mientras las tropas rusas continúan avanzando en el Donbás. "No podemos retirarnos de nuestros propios territorios", sentenció ayer Zelenski en una entrevista con Fox News.

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