La pieza que recupera historia de Calafell

Reportaje. Con la colocación del ambón, la ‘Francisca’ ultima su ‘regreso’. La construcción de una réplica de la histórica barca reivindica un pasado marinero

15 octubre 2022 11:40 | Actualizado a 15 octubre 2022 11:52
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Faltaba colocar la última pieza de una historia que se ha recuperado. Como esa última ficha que por fin permite ver la imagen completa de aquello en lo que desde hace más de un año se ha ido moldeando con precisión. Calafell colocó ayer viernes esa última pieza.

Es el ambón de madera del casco de la Francisca, una histórica barca de la localidad que se ha construido a similitud de aquella nave, durante años símbolo en la costa catalana. La vieja Francisca de vela era una de las barcas de pesca de arrastre de las llamadas vacas. La última que quedaba en Catalunya y que faenó hasta los años 50.

Con su color verde y sus dimensiones con más de 12 metros de eslora y otros 12 del palo más alto, fue «la más grande, la más rápida y la más bonita», como la definió el poeta Carlos Barral. Esa barca también inspiró al acuarelista Gabriel Amat (1899- 1984) que plasmó a la Francisca en diversas obras.

Presupuestos participativos

Pero de aquella barca sólo quedaban recuerdos. Hace décadas quedó varada en la arena tras un accidente. En su abandonado casco sobre la arena se refugió algún marinero y los niños lo hicieron lugar de juegos soñando navegaciones hasta que el paso del tiempo dictó sentencia.

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La entidad Patí Català Calafell/Vela Llatina Carlos Barral, que trabaja para la recuperación del patrimonio marino con la restauración de viejas barcas, planteó el objetivo de que una nueva Francisca surcase la costa de Calafell. Ese proyecto fue uno de los más votados en los presupuestos participativos de 2018.

Se encontraron viejos planos, y fotos. También había datos de la parecida barca Úrsula. El Laboratori Virtual d’Innovació Modelant l’Arquitectura de la facultad de Arquitectura de la UPC realizó un escáner de la maqueta de la Francisca que hay en el Museu Marítim de Barcelona para detallar una nube de puntos.

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Con todo ese trabajo comenzó en unos astilleros de Badalona los trabajos para construir una nueva Francisca. Tras una minuciosa dedicación la barca ya está a punto.

Ayer se colocó esa última pieza de madera que cierra el casco. Fue un simbólico acto con la participación de quienes han hecho posible la obra. Queda la pintura, unos retoques y que la histórica nueva Francisca vuelva a la costa de Calafell.

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El objetivo es que la Francisca amarre en el puerto de Segur en el muelle dedicado a a barcas históricas que en los últimos años ha recuperado la entidad dedicada a velar por el patrimonio marinero y que puedan realizarse salidas turísticas para difundir esa navegación tradicional.

Una imagen que traerá recuerdos a los más mayores y recuperará memoria de Calafell.

En 1920

Fue el recordado pescador de Calafell Magí Sicart quien compró la Francisca en 1920. La amplitud de sus velas hizo que fuese la más rápida y espectacular.

Fue una de las mejores barcas de vela latina destinada a la pesca. Hasta aquel accidente en el que el patrón Magí de Cal Territ pudo saltar al mar y el Maginet se salvó después de quedar atrapado. Entonces la barca quedó en la arena tras dos décadas de navegación.

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En la decadencia de la Francisca también influyó que los pescadores preferían ir a la captura del pescado azul como la sardina y con barcas a motor, mucho más lucrativo y con menor esfuerzo. La histórica barca quedó sin tripulación, languideciendo frente al Trajo de l’Espineta. Sólo quedó en su majestuosidad en muchas fotos que decoraban los comedores de viejos pescadores.

Mucha madera

La construcción de la Francisca reivindica el pasado pescador de Calafell. Cuando era una de las playas con más madera de la costa catalana, en referencia a la gran cantidad de barcas que reposaban en la arena.

La Francisca fue de las últimas barcas de vela latina dedicadas a la pesca. Su simbólica recuperación debe servir también para dar a conocer esa historia que el paso del tiempo parece haber relegado.

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