Paseos de la Costa Daurada, en peligro

Costas del Estado no pagará más obras para arreglar los paseos. El jefe del servicio no ve utilidad en hacer aportaciones de arena y apuesta por buscar «soluciones estructurales» para evitar «gastar dinero público en unas obras que sabemos que no servirán de nada»

15 noviembre 2023 13:32 | Actualizado a 15 noviembre 2023 13:35
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Los temporales cada vez más frecuentes y agresivos con el litoral afectan cada vez más, no solo a las playas de la Costa Daurada, sino también a los paseos de los distintos municipios de la zona.

Desde el Estado aseguran que ya no pagarán más obras de arreglo de los paseos. Su apuesta es clara: echar atrás la línea de costa y dejar más espacio al mar.

Según el servicio provincial de Costas del Estado los puntos más «frágiles» de la Costa Daurada son la zona sur de la playa de Calafell, el Francàs en el Vendrell, la playa larga de Roda de Berà, la parte central del paseo de Altafulla y las playas Llarga y de Miracle de Tarragona.

En todos ellos, desde Costas hay proyectos «más o menos planteados de mutuo acuerdo con los ayuntamientos», reconoce el jefe del servicio, Antoni Espanya. Según el Ministerio para la Transición Ecológica (Miteco), el escenario es que en los próximos 25 años el mar suba unos 15 centímetros, pero a partir del 2050 y hasta finales de siglo puede llegar a subir un metro.

Tanto en Altafulla como en Roda de Berà se aportó arena que el mar engulló en pocas semanas

El vertido de arena y su idoneidad es uno de los debates que cada año se pone encima la mesa. En el caso de Altafulla, en mayo se abocaron unos 20.000 metros cúbicos que duraron pocas semanas.
En Roda de Berà la situación se repitió. Pero en Altafulla, el paseo está ahora destrozado y el coalcalde, Jordi Molinera lamenta que durante los últimos tiempos no se han hecho las acciones preventivas que tocaban y ahora las soluciones son «de emergencia para evitar que el mar avance».

Para Antoni Espanya la aportación de arena en estos dos casos «es una pantalla pasada» y hay que buscar «soluciones estructurales». Por eso, ya no pagarán más obras de reparación porque considera que no se puede «negar la realidad y gastar un dinero público en unas obras que sabemos que no servirán de nada».

De todos modos, si alguna otra administración –como la Generalitat– quiere asumir el coste de los trabajos, desde el Estado no se opondrán. «Entendemos que son municipios con un peso importante en el sector turístico», reconoce.

Otras alternativas

Vila-seca ha apostado por avanzarse a los daños que pueda sufrir en el futuro y ha decidido mover 20 metros atrás la línea de costa. En marcha tiene un proyecto para cambiar el paseo de la Pineda que ejecuta y finanza el ministerio, hecho a partir de un estudio municipal que mira al año 2100 y que expone que el mar subirá entre medio metro y un metro.

Para conseguirlo, el alcalde del municipio, Pere Segura, explica que harán «desaparecer» una carretera y allá crearán «una zona de transición de dunas que permita hacer una movilización de sedimentos y de vegetación» para conseguir una «fijación natural del terreno» que permitirá tener un litoral «como era antes de que el hombre interviniera».

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