El Collao puso fin a la dinámica de ocho partidos sin perder que sacó a la Pobla del descenso para situarla en la plácida zona media del tablero. Cuatro empates y cuatro victorias a lo largo de dos meses invictos. Ayer la racha se cortó con dos llegadas del Alcoyano, en un cuarto de hora. Pese a la desventaja, los chicos de Martín Posse fueron superiores y recortaron distancias al filo del descanso por medio de Emaná. En esos minutos, también fue expulsado Vadillo con roja directa. Cara y cruz. Los contratiempos no achantaron a un conjunto grana que encerró al rival local y buscó el empate hasta el último suspiro.
El conjunto alicantino se adelantó bien temprano y transformó sus dos primeras llegadas. Abrieron el marcador con tan sólo cinco minutos disputados. Alfaro firmó la jugada, dio el pase de la muerte para Yacine que sólo la tuvo que empujar para superar a Nauzet. El ariete rompió con este tanto una racha de casi tres meses sin ver puerta.
La Pobla reaccionó tras la diana y se hizo con la posesión del esférico. Pero el mando de la batuta no se tradujo en ocasiones, y el Alcoyano aprovechó los pases arriesgados de los grana para intentar pispar la bola y erguir sus ataques. Así ampliaron su ventaja los locales en su segunda ocasión. Alfaro no perdonó e instaló el 2-0 en el luminoso.
Con la cómoda renta, los valencianos no mostraron mucho interés en crear juego. El filial del Nàstic continuó siendo el amo del cuero, pero la desventaja invitaba a tomar más riesgos de cara a recortar el resultado. Kike Tortosa lo probó con un disparo que salió fuera cerca del marco de Jero.
Respondió el Alcoyano que mantenía sus armas afiladas. Jugada de Rubén Ramos que cede la pelota para Borja Sánchez, con todo a su favor para clavar el tercero, pero su disparo se escapó alto.
El cuadro alicantino no pasaba grandes apuros en defensa. Tapaba los espacios neutralizando los embistes tarraconenses, que lo intentaron a balón parado. Calavera ejecutó una falta que exigió el paradón de Jero, quien achicó a saque de esquina.
La pólvora del Alcoyano salía a relucir y ponía en aprietos a la zaga grana. En esta postal Emaná aguó la fiesta valenciana. Nacho chutó a portería, Jero rechazó el balón que se quedó abandonado a su suerte. El sexto sentido del camerunés ya le había alertado para enchufarlo al fondo de las mallas.
Cuando todo parecía que el choque alcanzaría el descanso sin más novedades Vadillo vio la roja directa en el añadido. Yacine se escapó en aras al arco visitante, el último defensa tarraconense le metió la pierna y lo derribó al borde de la grande. La remontada se ponía más cuesta arriba.
Pese a la inferioridad numérica, la Pobla salió más enchufada en la reanudación. El Alcoyano estaba desdibujado, sin intensidad. Aun así, Borja tuvo el tercero en sus botas, pero Nauzet la sacó por bajo, manteniendo las esperanzas grana. Lo intentaron de nuevo los alicantinos con un testarazo de Yacine, que lamió el travesaño, tras una buena triangulación.
El ecuador del segundo tiempo fue un tramo con alternativas. Los locales tuvieron la suya con un remate de Alfaro por encima del marco del guardameta Nauzet, mientras que los visitantes apretaban llegando hasta línea de fondo y forzando algún que otro córner.
En el último capítulo del encuentro, la Pobla decidió quemar todas sus naves a través de su estilo habitual, encerrando al rival. Al Alcoyano le costaba salir de su campo, esclavos del son de los peloteros grana.
A falta de diez minutos para la conclusión, Álvaro intentó la igualada pero la bola se le marchó arriba. Pese a ir ganando el cuadro local, El Collao se indignaba, al ver a sus jugadores encerrados en la madriguera, a gritos de «¡Fuera, fuera!».
La última ocasión para los chicos de Martín Posse residió en un disparo de Alfons Serra que le salió blandito a las manos de Jero. Ya en el descuento, el Alcoyano seguía ansiando la sentencia para respirar tranquilo ante el ímpetu incansable de los poblenses. Un esférico de Borja al poste de Nauzet desde la frontal supuso el cierre de la contienda.
La derrota deja un sabor amargo entre las filas de una Pobla que fue superior en el Collao, con un jugador menos. Presentaron carácter, sin complejos, y salieron con la cabeza alta.