El Delta de l’Ebre es la tercera mayor concentración de arrozales de España

Las 22.000 hectáreas de campos de arroz han sido desde el siglo XIX el centro de la vida de este especial territorio 

26 octubre 2020 11:12 | Actualizado a 14 julio 2021 10:09
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El Delta de l’Ebre cuenta con la tercera mayor concentración de cultivo de arroz de España con 22.000 hectáreas, detrás de la ribera del Guadalquivir y Extremadura. Desde el siglo XIX el cultivo del arroz ha sido el centro de la vida de este territorio único. El río Ebre es el más caudaloso de España, lo que supone una característica que influye y condiciona el ecosistema del entorno. Sedimentos y materiales procedentes del Pirineo, del Sistema Ibérico y de la Cordillera Cantábrica forman el tercer delta en superficie de todo el Mediterráneo, sólo superado por el del Nilo y el del Ródano.
El cultivo del arroz en términos históricos en el Delta de l’Ebre es relativamente reciente. No fue hasta el siglo XIX cuando comenzó a desarrollarse la actividad agrícola en el Delta en torno a la arroz, con la apertura primero del canal de la derecha (del río Ebre) y luego del canal de la izquierda, lo que permitió inundar de agua dulce extensas superficies por todo el Delta, facilitando el ciclo del sistema de cultivo arrocero. 

Dicho ciclo comienza cada año en abril y culmina en septiembre con la recogida del arroz, aunque no sólo se reduce a estos meses. En este período, el agua dulce circula desde el río hasta los canales de la izquierda y la derecha, de estos a una red de acequias que la lleva a los campos de cultivo, de ahí a las lagunas del litoral y por último al mar. 

A final de año, las compuertas se cierran y se deja que el agua se estanque en los campos y canales, hasta que se evapora en torno a febrero. Momento en el que se trabaja y se prepara la tierra seca para comenzar de nuevo el ciclo de inundaciones en abril y plantar el arroz en junio. Este proceso influye y condiciona el reloj biológico y la nidificación de muchas aves, convirtiendo al Delta en su conjunto en un ecosistema único. 

España cuenta con más de cien mil hectáreas de cultivo cuyo consumo nacional ronda las 250.000 toneladas. El Delta de l’Ebre es la tercera mayor concentración de cultivo de arroz de España con 22.000 hectáreas, solo por detrás de la ribera del Guadalquivir y Extremadura. En el Delta de l’Ebre se cultivan cada año alrededor de 150 mil toneladas de arroz, siendo esta una de las actividades económicas prioritarias de la zona. El arroz del Delta del Ebro es un producto DOP (Denominación de Origen Protegida). Así, un 65% de la superficie del Delta del Ebro se dedica al cultivo del arroz.  

Los meses de octubre y noviembre, cuando el arroz ya está recogido y los campos quedan inundados, estos son colonizados por miles y miles de pájaros acuáticos que pasan en migración o inician su invernada. La situación habitual en otoño es de una media de 53.000 patos y 13.000 fochas y, en invierno, de 26.000 patos y 5.000 fochas. Estas cifras representan más del 90% de los patos de Catalunya en invierno. 

El número de ejemplares de pájaros varía entre los 50.000 y los 100.000 distribuidos en unas 330 especies que representan el 60% de las especies de Europa, con una nomenclatura local que incluye unos 250 nombres y la convierte en una de las más ricas del mundo. 

El Delta de l’Ebre es una ZEPA, una Zona de Especial Protección para las Aves. No en vano, este paraje alberga 316 especies de aves comunes y unas 360 de aves registradas de las 600 existentes en Europa. Los extensos humedales, la mezcla de agua dulce y salada, las lagunas que se ubican por toda la costa y que se formaron por antiguas desembocaduras del Ebre y la alta concentración de macrófitos, un recurso alimentario de primera magnitud para las aves acuáticas, constituyen en conjunto un equilibrio perfecto para que multitud de especies de aves diferentes nidifiquen, hibernen, reposen o se alimenten. 

Los cítricos, preciado cultivo

Otro de los productos estrella en las Terres de l’Ebre son sin duda sus preciados cítricos. Poblaciones del Baix Ebre como Bítem o Xerta o del Montsià, como Alcanar, tienen una larga tradición en el cultivo de estos árboles frutales. 

Este año, en la temporada de recolección que se ha iniciado este mes de octubre, se prevén recoger hasta 180.000 toneladas de cítricos, entre naranjas y mandarinas.
La UNESCO otorgó en 2013 la certificación Reserva de la Biosfera de Terres de l’Ebre, por ser un entorno natural que alberga una gran variedad de ecosistemas con un valor único. Actualmente, se comercializan con este sello aceites, cítricos, mariscos, verduras, vino, carne y miel, unos productos que se cultivan en esta zona que abarca desde la costa del Mediterráneo hasta las montañas y atraviesa las aguas del río Ebre. Uno de estos productos estrella son las naranjas y mandarinas de las Terres de l’Ebre, especialmente del Montsià y del Baix Ebre. 

El sello Reserva de la Biosfera avala que las empresas productoras de estos alimentos certificados respetan y fomentan valores sostenibles en el ámbito social, económico y medio ambiental; es decir, son empresas transparentes, responsables con el medio ambiente, con los consumidores y con los trabajadores.  

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