Management policial

El ordeno y mando era bueno para épocas más estables o para personas ‘rebaño’ que solo sabían ser mandadas

10 enero 2022 08:19 | Actualizado a 10 enero 2022 08:28
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Estos días ha sido noticia el relevo del Major Trapero por el nuevo Comisario Josep Maria Estela al frente de la policía autonómica catalana, esa que cuando conviene se dirige desde Madrid apretando el botón del 155.

Parece ser que Estela se caracteriza por ser más dialogante que Trapero, es decir, por anteponer el diálogo y el consenso, cuando las circunstancias lo permiten, al «ordeno y mando». Ya oigo a los partidarios de las jerarquías renegar de Estela cuando las cosas vayan mal. «Demasiado blando», dirán. O «un jefe está para dar órdenes» u otras lindezas por el estilo. Es curioso, hay gente que parece que nació con un organigrama debajo del brazo. O, aún peor, quizá alguien le inyectó una buena dosis de jerarquía en la cuna.

Los tiempos complejos que vivimos requieren de estructuras organizativas de mayor complejidad, también

Está de moda suavizar las jerarquías, incluso eliminarlas, en empresas donde la gente va con tejanos, no tiene horarios fijos y todo es muy guay. Pero es más difícil hacer este tipo de experimentos en algo tan militarizado como un cuerpo de policía. No tengo ninguna duda que en los Mossos d’Esquadra seguirá habiendo organigramas y jefes. Pero es interesante, al menos, que el líder máximo apueste por el trabajo en equipo, la conversación e intentar hacer las cosas de una manera un poco distinta.

Un país moderno y ambicioso debería estar contento con estas modificaciones. La pregunta es muy sencilla: ¿se pueden introducir cambios radicales en el management de un departamento de policía? La respuesta es más complicada, pero personalmente pienso que no solo se puede sino que se debe.

Los tiempos complejos que vivimos (frágiles, incomprensibles, ansiosos y no lineales) requieren de estructuras organizativas de mayor complejidad, también. El ordeno y mando era quizá bueno para épocas más estables o para personas ‘rebaño’ que solo sabían ser mandadas y obedecer. 

Vamos a ver hasta dónde llegan los nuevos aires en la policía catalana, pero por lo menos los ciudadanos que creemos en la democracia recibimos encantados estas noticias. Si se ha demostrado que la colaboración inteligente es mucho más eficaz que la competición ciega, ¿por qué seguimos actuando de forma vertical, autoritaria e impositiva?

No hay nada malo en dar órdenes cuando la situación lo requiere. Pero en muchas situaciones es mejor trabajar de forma coordinada, con liderazgos compartidos y espíritu de equipo. Un buen líder debe adaptar su estilo a las circunstancias que afronta en cada momento. Pensar que una sola manera de liderar lo va a solucionar todo es de ilusos. 

La policía no tiene por qué ser diferente. Si queremos una sociedad moderna debemos empezar por cambiar las maneras de hacer de las organizaciones que se han inspirado desde siempre en modelos de gestión antiguos. Audaces fortuna juvat.

Franc Ponti es profesor de innovación en EADA Business School

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