Seguro que si le dicen Twerking (y sabe de qué le están hablando) lo primero que se le viene a la mente es la ex estrella Disney Miley Cirus moviendo las nalgas en un escenario. Pero lo cierto es que esta manera desenfrenada de moverse de cintura para abajo es parte de una danza más completa y, además, puede tener muchas más connotaciones de las que saltan a la vista. Así lo defiende la profesora de baile Victoria Mosegui, quien junto a Claudia Viñals, de la asociación Assexora’Tgn, dictará el taller ‘Booty dance & Twerk, el poder del cuerpo’.
Las dos quieren dar la vuelta a la tortilla a una forma de bailar que, a priori, es juzgada como machista y que parece presentar a la mujer como un objeto sexual. Ambas creen que este baile puede ser una herramienta para que las más jóvenes se empoderen y se sientan dueñas de su cuerpo. «Es decirle a las chicas: tienes derecho a bailar para ti misma, para tu disfrute, sin que nadie lo interprete como una provocación», dice Viñals, asesora en temas de género.
Querer el propio cuerpo
Lo primero que aclara Mosegui es que el Booty dance surgió mucho antes de que naciera Cirus y que lo que hace la cantante es apenas un paso de un baile más amplio. De hecho, tiene sus orígenes en la danza Mapuka africana, que era un baile de celebración bailado por mujeres, que luego fue acogido por grupos minoritarios, especialmente en Estados Unidos.
Justo de Estados Unidos, New Orleans, es Kim Jordan, bailarina, coreógrafa, socióloga y principal propulsora del Twerk Feminista (ahora reside en Barcelona) con quien Mosegui se formó como instructora.
De hecho, respetar el origen del baile es una de las pautas básicas del Booty dance; la segunda es respetar el propio cuerpo. Se trata de un baile que, desde el punto de vista físico, requiere una técnica y que, bien hecho, es un gran ejercicio para los abdominales y el suelo pélvico. Además, como todo baile, también ayuda a segregar endorfinas que dan sensación de bienestar.
La tercera y última pauta es celebrar el cuerpo, aceptarse y quererse, «puedes mover tu culo blanco, tu culo negro, tu culo grande, tu culo pequeño, puedes moverte como te da la gana, porque esto es para todas», señala.
«Es que la zona pélvica de la mujer todavía hoy está rodeada de muchos tabúes. El twerking puede ser feminista y hay que contárselo a las chicas», replica la profesora.
Cuenta Mosegui que para los talleres suelen usar música ‘limpia’, es decir, canciones de hip hop, bonce o africana, pero sin mensajes machistas.
Aunque apenas conocida en Tarragona, esta tendencia de emplear esta danza como vía de empoderamiento femenino comienza a ganar adeptos y ya hay talleres de este estilo en otras partes de Catalunya y España.
El taller
Victoria Mossegui dirigirá el taller Booty Dance &Twerk este viernes, de 19 a 21 horas en el Espai Jove Kesse (Sant Antoni Maria Claret 12). Le acompañará la asesora en temas de género Cristina Viñals. El taller está dirigido a chicas de 14 a 25 años y es gratuito. Hay que apuntarse previamente en http://www.tarragonajove.org.