Emoción a flor de piel en El Serrallo

Tradiciones. Los serrallenses llenaron ayer las calles durante la procesión en honor a Sant Pere. Como cada año, los portantes se arrodillaron para iniciar la subida de las escaleras y llevar así al patrón hasta el interior de la iglesia

30 junio 2023 10:37 | Actualizado a 30 junio 2023 10:49
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Sant Pere en El Serrallo es sinónimo de tradición, pero también de emoción y sentimiento.

Y es que son muchos los serrallencs y las serrallencas que esperaban el día de ayer con ganas. A las siete de la tarde, la procesión de Sant Pere dio el pistoletazo de salida.

La Plaça de Bisbe Bonet estaba a rebosar, lo cierto, es que no cabía ni un alfiler. Familias enteras no se querían perder uno de los mejores momentos de la fiesta.

Todas las entidades del barrio marinero se concentraron bajo la mirada atenta de los más pequeños, esperando a que Sant Pere saliera.

Apenas unos minutos después, los tambores empezaron a redoblar, al mismo tiempo que los Xiquets del Serrallo alzaban dos pilares de cuatro.

«Es muy emocionante. Para la gente de El Serrallo, son unos días muy importantes. Llevo toda la vida viviendo estas fiestas de una manera muy especial. No puedo evitar pensar en mis abuelos», comenta Xènia Serra emocionada.

Precisamente en esto coincide Pau Mallol después de hacer uno de los pilares delante de casa de su abuela.

«Es un momento único. Ella no puede bajar y, de esta manera, le hago sentir, participe», explica Mallol. Una vez que la efigie de Sant Pere salió de la iglesia, esta recorrió las diferentes calles del barrio juntamente con las demás entidades.

Si alguna cosa tienen en común todas ellas es su pasión y amor por El Serrallo. Después de más de media hora, la procesión finalizó el recorrido previsto.

La Plaça de Bisbe Bonet volvió a llenarse de vida. Nadie se quería perder la entrada de Sant Pere.

La Vibrieta fue la encargada de romper el hielo con su baile. Los cabezudos y los gigantes fueron los siguientes en amenizar la jornada. Los pequeños pescadores no faltaron a la cita y un año más subieron las escaleras de la iglesia de rodillas, como harían los portantes minutos después.

Fue precisamente en este momento cuando la emoción se desbordó.

Los portantes se arrodillaban para iniciar la subida de las escaleras y llevar así a Sant Pere hasta al templo del barrio marinero. Los Xiquets del Serrallo volvieron a alzar dos pilares para despedir al patrón de los pescadores.

«Tengo 86 años y desde pequeña que no faltó a la cita. Para mi hoy es uno de los días más bonitos del año», afirma Mari Gómez. De esta manera, El Serrallo puso punto final a uno de los días más esperados.

Lo cierto, pero, es que los serrallenc y las serrallencas ya cuentan los días para la llegada de otra festividad: la Mare de Déu del Carme.

Sin ninguna duda, será una cita que volverá a llenar el barrio de tradición, pero también de alegría, sentimiento y emoción.

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