Reus acogerá las primeras plantas de baterías independientes para almacenar energía en Catalunya

El Departament de Territori, Habitatge i Transició Ecològica de la Generalitat de Catalunya ha autorizado la construcción de cinco plantas de baterías (independientes pero interconectadas) que se ubicarán en Reus y que permitirán almacenar electricidad en momentos de baja demanda y liberarla cuando el consumo lo requiera. Este gran proyecto, impulsado por el grupo empresarial Isabel Development, forma parte de la estrategia para hacer frente a la intermitencia de las energías renovables. Se trata de las primeras baterías independientes que se construyen en Catalunya.

Las instalaciones se construirán en una única parcela de 8.858 m² situada junto a la subestación Bellissens, cerca de la carretera N-340 y al este del término municipal de Vila-seca. Allí se ubicarán las plantas denominadas Bellissens 2, 3, 4, 5, 6, 7 y 8, cada una con una potencia de 4,5 megavatios (MW). Las siete compartirán viales, cerramiento, líneas eléctricas soterradas y centros de control. 

Por el momento, las plantas que tienen la autorización administrativa previa y de construcción son Bellissens 2, Bellissens 5, Bellissens 6, Bellissens 7 y Bellissens 8.

¿Cómo funciona el sistema?

Cada planta dispondrá de contenedores con baterías de ion-litio y sistemas de conversión que almacenan energía cuando hay excedentes renovables (por ejemplo, al mediodía por la producción solar) y la devuelven a la red en momentos de alta demanda. Esta tecnología permite estabilizar el sistema eléctrico y reducir el desperdicio de energía renovable, que hoy a veces se pierde por falta de capacidad de almacenamiento.

La energía acumulada en total por cada planta será de 17,9 MWh, con una autonomía de 4 horas. Toda la electricidad almacenada se evacuará mediante líneas subterráneas de 25 kV hasta la subestación Bellissens, situada a escasos metros.

¿Por qué es importante?

Este complejo es importante para facilitar el despliegue masivo de energías renovables sin comprometer la estabilidad del sistema eléctrico. A diferencia de las centrales tradicionales, las renovables son variables: no siempre producen cuando se necesita. Las baterías permiten guardar esa energía y usarla más tarde, lo que aporta flexibilidad y seguridad al sistema.

Según el informe de impacto ambiental, las instalaciones no afectarán a espacios protegidos, pero sí se encuentran en un área de hábitat del águila perdicera, una especie en peligro de extinción. Por ello, se ha exigido reducir la altura del vallado y eliminar elementos peligrosos como el alambre espinoso, para evitar riesgos para la fauna.

Además, en la parcela donde se ubicarán las plantas, será necesario derribar una antigua nave industrial con cubierta de amianto, y gestionar ese residuo según normativa de seguridad.

Inversión y calendario

El conjunto del proyecto supone una inversión superior a los 15 millones de euros, con presupuestos individuales que oscilan entre 2,2 y 2,5 millones por planta. Todas las instalaciones ya disponen de permisos de acceso a red concedidos por E-Distribución.

Las autorizaciones concedidas establecen un plazo de dos años para ejecutar las obras y poner en funcionamiento las instalaciones. Se espera que el complejo entre en servicio entre finales de 2026 y 2027.