El escaparatismo gana presencia
El pequeño comercio de Reus se esmera cada vez más, especialmente en Navidad, en ofrecer unos escaparates atractivos para diferenciarse de las franquicias y grandes cadenas.

Escaparate de la tienda de moda Backstage, en el Raval de Martí Folguera.
Los comercios de Reus ofrecen esta campaña de Navidad sus mejores galas y los escaparates se convierten en el principal polo de atracción de clientes. Sólo basta con darse una vuelta para comprobar el alto nivel de decoración de escaparates que ofrecen los comercios de la capital del Baix Camp, cuidando hasta el más mínimo detalle y ofreciendo, en algunos casos, auténticas obras de arte.
Mari Carmen López, interiorista y profesora de escaparatismo en el Mas Carandell, valora muy positivamente el nivel que ofrecen los escaparates de Reus. «Cada vez más, el pequeño comerciante se implica más en la decoración de su escaparate, porque es consciente de que tiene que diferenciarse de las grandes cadenas. Además, tiene que reinventarse para ser más atractivo».
La clave para diseñar un buen escaparate pasa, en primer lugar, por «tener claro a quién te diriges. Saber cuál es tu público objetivo y tu cliente», asegura esta experta en escaparatismo, quien añade que «no es lo mismo una tienda de ropa de adultos que de niños». Otro aspecto importante es la ubicación del establecimiento, «si está en el centro de una ciudad o en el extrarradio. En el segundo caso no puedes diseñar un escaparate demasiado minimalista porque no sería atractivo».
Por último, también es primordial, a la hora de pensar en el diseño de un escaparate, «tener claro el producto que estás vendiendo. Por ejemplo, en una tienda de regalos tienes que ‘enamorar’ al cliente y en una de ordenadores debes aprovechar para ofrecer más información».
Por último, Mari Carmen López también deja claro que «es importante cuidar los escaparates no sólo en Navidad, sino durante todo el año. Por lo que es aconsejable ir cambiando el diseño para no caer en la rutina y sorprender al cliente».
Un mundo tras el cristal
La Navidad ahora se puede vivir tras el cristal. El efecto suma de cada uno de los escaparates de las tiendas juega un papel muy importante y no sólo en el ámbito comercial. Ahora cada vez más escaparates lucen sus mejores galas, donde plasman de manera creativa un mundo a parte.
El esfuerzo encontrado en un escaparate es lo que hace de él un espacio «emblemático». Al menos esto es lo que piensa el maestro pastelero de la Confiteria Mare Molas, Francesc Torres, que cuenta así lo que supone para él la ornamentación en sí misma: «La decoración de un comercio ha de transmitir cual es el producto que vende la propia tienda. Y si es creativa y fiel con la temporada del año, mucho mejor».
Una parte importante también es la búsqueda de inspiración. Torres cuenta que su hija y su mujer son las encargadas de las decoración. «Intentamos viajar por gran cantidad de sitios y visitar ferias para ver cuales son las últimas tendencias», explica.
¿Y la reacción de los clientes? Esta pregunta es decisiva, pues según el maestro pastelero «viene mucha gente a hacerse fotos con la decoración exterior e interior y eso nos dice mucho». «La decoración exterior actual ofrece un recopilatorio del diseño de tres años diferentes. Hemos querido hacer un pequeño guiño a nuestro trabajo», detalla.
Por su parte, el propietario del comercio de ropa femenina Backstage también opta por los guiños, pero en este caso en la forma de hacer de París. «Nosotros variamos de escaparate cada 15 días mostrando otro conjunto de ropa y dependemos de la inspiración. Así pues, apostamos por el ambiente parisino.No copiamos, si no que ambientamos», cuenta Josep María Ferran, quien no ha realizado ningún curso sobre escaparatismo pero lleva desde los 13 años decorando escaparates: «Es una cosa que personalmente la encuentro enriquecedora, lo quiero hacer artístico y siempre buscamos aquello que hace falta».
Ferran recuerda un anécdota: «En una ocasión dos mujeres vieron nuestro escaparate y esperaron a que abriéramos para poder felicitarnos. Nos compararon con un comercio del Passeig de Gràcia de Barcelona».
Muchos peatones recorren las calles sin atender el arte del escaparatismo, pero en estas fechas dichas ventanas piden a gritos tan solo una mirada.