Compran el pueblo abandonado de Gallicant

Un grupo de personas quiere tirar adelante un proyecto para recuperar esta pequeña aldea, perteneciente al término de Arbolí

16 agosto 2019 08:10 | Actualizado a 02 octubre 2019 12:18
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A unos cinco kilómetros del municipio de Arbolí, hay los restos de lo que fue una aldea: Gallicant. Hace más de medio siglo que las calles quedaron silenciadas y, poco a poco, las estructuras de sus antiguas nueve casas se han derruido, fruto de su abandono. No obstante, ahora este pueblo podría revivir. Y es que un grupo de personas ha comprado la aldea. Así lo confirma el alcalde de Arbolí, Armand Flaujat, que además, añade que la intención de este grupo sería la recuperación de Gallicant como núcleo. La compra la han realizado, según fuentes consultadas, a un particular. Se trataría de una mujer que habría heredado la aldea a través de su hermano. De momento, no se conocen más detalles del proyecto. El Diari ha intentado ponerse en contacto con el grupo de personas que han comprado la antigua aldea, aunque sin éxito. No obstante, fuentes aseguran que algunos de los impulsores son del mismo municipio de Arbolí, a pocos kilómetros de Gallicant.

Ésta no es la primera vez que un grupo de personas se interesa por la recuperación de pueblos abandonados. En la comarca del Alt Camp, seis familias intentaron, en 2015, comprar Esblada (Querol) con la intención de reconstruir el pueblo y crear una comunidad sostenible. Estaban cerca de la compra, incluso se cerró un preacuerdo, pero la propiedad –ING Holanda– cambió las condiciones a última hora, pidiendo el pago del IVA, lo que hizo que el grupo se replantease el proyecto y, finalmente, los planes de recuperación se desvanecieron.

En el caso de Gallicant, el hecho que la propiedad fuera un particular ha facilitado los tratos y, de momento, la compra se formalizó, según ha podido saber el Diari, recientemente, hace tan sólo unas semanas.

Deshabitado desde los años 50

Manel Martínez, vecino de la Conca de Barberà y apasionado de la arquitectura rural, explica que Gallicant está completamente deshabitado desde los años 50. «La aldea se fue despoblando después de la guerra civil, aunque algunos propietarios se quedaban en época de cosecha», señala. No obstante, ya hacía décadas que el núcleo estaba en la cuerda floja. En la guía Les Muntanyes de Prades, el Montsant i Serra La Llena se reproduce un texto del año 1929 en el que se indica que, ya en ese momento, de las nueve casas que formaban Gallicant, únicamente estaban habitadas cinco. «Los conreos, por otro lado, no son grasos», con una producción reducida, se lee en este texto de 1929, donde se informa que el cultivo estaba basado en la siembra de trigo y patatas. Además, se indica que «no hay iglesia ni escuela», por lo que sus habitantes se dirigían a Arbolí, donde finalmente se acabaron instalando la mayoría, explica Manel Martínez. El núcleo, a pesar de formar parte del término de Arbolí, eclesiásticamente correspondía a la parroquia de Siurana.

Casas con nombre propio

En medio de una explanada, a 860 metros de altitud, se levanta la antigua aldea de Gallicant. Aún se mantienen en pie algunas paredes, mientras que en el suelo se amontonan las piedras que algún día formaron parte de las casas. De ellas, queda poco, pero el registro permite saber algo más de sus habitantes e incluso el nombre de las casas. Así las enumera Martínez: Cal Sargantana, Cal Matillo, Ca l’Anyep, Cal Bordo, Cal Casat, Cal Manuel, Ca l’Estudiantó, Cal Joanet y Ca l’Estudiant. Nueve casas que, ahora, podrán revivir su historia.

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