Con el restablecimiento de la circulación por el puente ferroviario de acceso al barrio Gaudí, la línea de bus L10 ha recuperado también su recorrido habitual. «Ya no va a dar la vuelta, pasando por toda la avenida del Comerç», recuerda una usuaria habitual. Uno de los efectos de este desvío fue la anulación temporal de varias paradas, entre ellas, la del CAP Sant Pere, por lo que si algún usuario de la L10 quería llegar al centro de atención primaria tenía que hacer transbordo en la plaza del Nen de les Oques y, de allí, coger la L30 o L31.
Ahora, vuelve a haber esta conexión directa entre el barrio y el CAP, «aunque es mejor ir andando», exclama una vecina. «Es como si no hubiera bus hacia el CAP», dice Antonia, que acaba de bajar del autocar en la parada del barrio Gaudí de la avenida de Barcelona. Detalla que, de ida al centro hospitalario, el bus «da la vuelta por todo Reus... No sale a cuenta». Y es que cabe recordar que la línea L10 da servicio también al barrio Montserrat (en la otra punta de ciudad).
«El bus, cuando pasa por nuestro barrio, no va directo al CAP Sant Pere, sino que va hasta el barrio Montserrat. De allí, vuelve hacia el centro hasta que, finalmente, pasa por el CAP», detalla. En total, unos 40 minutos de trayecto. Distinto es si se usa a la inversa, es decir, para ir del centro de atención primaria al barrio Gaudí. «Entonces sí, porque va directo», añade Antonia. En este caso, el recorrido se hace en menos de 5 minutos. Es por todo ello, que muchos vecinos cuentan que si tienen que ir al centro de la ciudad o al CAP prefieren ir andando, como explica Lida, también vecina del barrio.
«Es una chapuza»
AMás allá de haber recuperado la comodidad de poder travesar de nuevo el puente ferroviario, ya sea en bus, coche, andando o en bici, hay una opinión extendida entre el vecindario sobre su estado actual: «Es una chapuza. Llueve y el puente sigue inundándose, con filtraciones por todos lados», se queja un vecino que está esperando el bus en la avenida de Barcelona del barrio Gaudí.
Cabe recordar que el alcalde, Carles Pellicer, explicó la semana pasada que las obras todavía no están terminadas y que tienen que ajustarse algunos aspectos. Además, subrayó que, con el calor, la caída de hojas de árboles se ha precipitado, lo que contribuyó a que los sumideros colapsaran el día que hubo la tormenta. No obstante, aseguró que se hablaría tanto con Adif (que se encargaba de la reparación de las filtraciones por la parte superior del puente) como también con la empresa que ha realizado los trabajos en el interior de la infraestructura para acabar de ajustar aspectos. Por otro lado, también falta mejorar la iluminación, como explicó el alcalde.
El puente fue abierto el pasado 5 de agosto con el fin de mejorar la movilidad, después de unos cinco meses cerrado al tráfico por los trabajos de reforma que se estaban llevando a cabo. Y es que cabe recordar que este cierre provocó algunos colapsos en pasos alternativos. Uno de los grandes objetivos de la intervención era acabar con las filtraciones de agua, y de ello dependía básicamente la actuación que Adif tenía que realizar por la parte superior, donde hay las vías, con una solución que evitara filtraciones. No obstante, con la fuerte tormenta del martes pasado, las goteras se hicieron nuevamente presentes y quedaron encharcados ambos carriles bici.
Aunque el alcalde insiste en que todavía hay que terminar los trabajos «y esto ha sido una prueba de fuego», como señaló la semana pasada, los vecinos se muestran muy críticos. «Está peor ahora que antes», opina Lluís. Señala que, aparte de seguir latentes las filtraciones, «los canales de recogida de agua desembocan en la acera, en vez de quedar soterrado y dirigirse hacia las alcantarillas. Ahora no solo tienes que llevar paraguas por dentro del puente, sino también botas de agua», se queja este vecino.
De hecho, esto es lo primero que comentan los vecinos al ser preguntados por la reforma. «Una chapuza», comenta otro. Esperan que se acaben solucionando las actuales carencias, aunque se muestran algo escépticos. «Siempre dicen que ‘la obra no está terminada’...», dice por su parte Lluís.
El 5 de septiembre vuelven a entrar en funcionamiento las líneas 40, 41 y 11
Las líneas de bus enfocadas a un perfil más estudiantil volverán a entrar en funcionamiento el 5 de septiembre. Se trata de las líneas L40 (servicio en las zonas del IES Gabriel Ferrater y Domènech i Montaner) y L41 (IES Gabriel Ferrater, IES Gaudí y Domènech i Montaner). También volverá a funcionar el día 5 la L11, entre el barrio Montserrat y la zona de la plaza Llibertat. En este caso, se avanza una semana a lo que estaba previsto, coincidiendo con la vuelta al cole.