En el centro de la localidad de Prades (Baix Camp), un pequeño obrador familiar ha logrado un reconocimiento a su labor artesanal de pan en Catalunya. Se trata del Forn La Plaça, situado en la plaça Major. Este negocio ha sido reconocido con el premio al mejor pan de la provincia de Tarragona, un galardón que ha sorprendido incluso a su propio creador, Óscar Cazorla, señala el protagonista en el Diari Més.
El secreto de su pan no reside en ningún truco moderno, dice el panadero, sino en un retorno a los métodos tradicionales. «Estamos empezando a trabajar con harinas molidas a la piedra, recuperando cereales antiguos. Usamos masa madre 100% y dejamos que el pan repose entre 24 y 48 horas. Todo lo hacemos a mano, de forma artesanal», detalla Cazorla, quien apuesta por un modelo que prioriza la calidad por encima de la producción masiva.
El Forn La Plaça es un negocio familiar. En él trabajan sus dos hijos, su esposa y su suegra. Lejos de convertirse en una cadena o franquicia, este obrador preserva el producto de proximidad.
El año pasado, Cazorla decidió dar un paso más y formarse académicamente. Fue en esa etapa cuando conoció a los compañeros que lo animaron a presentarse al concurso. Hoy, aquella decisión se ha convertido en una recompensa inesperada. «Estoy contento. Un reconocimiento así es un chute de energía para seguir adelante», afirma con orgullo, explica en el Diari Més.