La historia de Óscar, Sílvia y Pep, la víctima y los 'verdugos' del crimen de la fosa séptica en Tarragona

El hallazgo del cadáver de Óscar, desaparecido en julio de 2024, ha permitido cerrar una de las investigaciones más complejas de la Unidad Central de Personas Desaparecidas (UCPD) de los Mossos d’Esquadra. 

El cuerpo fue recuperado del interior de una fosa séptica de tres metros de profundidad situada en una vivienda de Sant Jaume dels Domenys, en la comarca del Baix Penedès. La operación —que requirió la intervención de la Unidad de Subsuelo de los Mossos— culminó después de que el principal sospechoso, conocido como Pep, confesara dónde se encontraba el cadáver, según explica la periodista Fàtima Llambrich (TV3)

La investigación arrancó cuando la hermana del desaparecido denunció que no tenía noticias de él. Desde el principio, los Mossos valoraron que no se trataba de una simple desaparición, sino de un homicidio sin cadáver. La UCPD centró la mirada en el entorno de Óscar, especialmente en su relación con Sílvia, con quien había mantenido una relación marcada por episodios de violencia y reconciliaciones.

Sílvia trabajaba en un restaurante de Sant Jaume dels Domenys gestionado por Pep, un hombre de 68 años con un largo historial delictivo vinculado a robos y uso de armas de fuego. Ambos se convertirían más tarde en sospechosos clave, explica la periodista de L'Ametlla de Mar.

El 14 de julio de 2024, Sílvia y Óscar se desplazaron desde Cunit hasta el restaurante. Ese mismo día, los registros de las alarmas instaladas en la casa de Pep y en el establecimiento —una medida de seguridad destinada a espantar a ladrones— situaron al hostelero entrando y saliendo de ambos inmuebles en momentos cruciales. A los pocos minutos, los teléfonos móviles de los tres quedaron localizados en la misma zona. Y apenas 45 minutos después, el dispositivo de Óscar dejó de emitir señal.

A finales de esta semana, cuando los investigadores aguardaban frente al domicilio de Cunit donde se habían instalado Sílvia y Pep después de la desaparición, ambos fueron detenidos. Los Mossos consideran que el homicidio fue planificado. Ninguno de los dos declaró.

Fue durante los registros posteriores cuando Pep pidió a los agentes mostrarles dónde estaba el cuerpo. Quería —según su propia versión— exculpar a Sílvia, apunta la periodista tarraconense. Acabó autoinculpándose y detallando cómo habría cometido el crimen. 

La autopsia deberá esclarecer ahora si su relato es verosímil y si utilizó o no la pistola calibre 22 hallada en el piso, lo que añadiría un delito de tenencia ilícita de armas.

Pep ha ingresado en prisión preventiva. Sílvia, detenida como coautora, podrá eludir la cárcel con una fianza de 10.000 euros mientras avanza el proceso judicial.

Fàtima Llambrich señala que es la primera vez desde la creación de la UCPD en 2010 que una mujer es detenida como coautora en un homicidio sin cadáver. La unidad destaca que, en la mayoría de casos investigados, las víctimas son mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas.

La localización del cuerpo ha aportado un cierre parcial para la familia de Óscar, que llevaba casi 18 meses esperando una respuesta. Para los investigadores, la recuperación del cadáver ha sido clave para impedir que el crimen quedara impune.