'Cazado' un camionero adelantando y wasapeando en el tramo más vigilado de la AP-7 en Tarragona

Los Mossos d'Esquadra han intensificado desde el Puente de la Constitución e Inmaculada los controles relacionados con camiones y transporte de mercancías por la AP-7 a su paso por Tarragona, especialmente en el tramo sur de Terres de l’Ebre, considerado el más conflictivo por su elevada siniestralidad y la elevada presencia de camiones —12.000 diarios—. 

El operativo, coordinado con el Servei Català de Trànsit, ha dejado actuaciones especialmente graves y decenas de infracciones de riesgo. Dos durante el puente: dos camioneros circularon bebidos y drogados y el martes otro profesional del volante hizo caso omiso a la restricción de adelantamientos en el tramo de Calafat a L'Ampolla y además estuvo wasapeando en el momento en que el vehículo superaba los 100 kilómetros por hora.

El primer incidente se produjo la madrugada del 6 de diciembre, cuando un tráiler cargado de coches circuló cerca de 40 kilómetros de manera temeraria en sentido sur. 

Los agentes lo obligaron a detenerse en el área de servicio de L’Aldea tras constatar su conducción errática. El alcoholímetro marcó 0,85 mg/l, una tasa que casi sextuplica el límite permitido para conductores profesionales (0,15 mg/l). El camionero fue detenido por un delito contra la seguridad vial y el vehículo quedó inmovilizado.

Pocas horas después, en el mismo tramo de la AP-7, otro control itinerante interceptó a un segundo conductor profesional que dio positivo tanto en alcohol como en drogas. En este caso, los Mossos tramitaron las denuncias administrativas correspondientes e inmovilizaron el camión en L’Ampolla.

En paralelo a estas actuaciones del Puente, un control específico de transporte pesado en Terres de l’Ebre este martes día 9 permitió detectar 24 adelantamientos prohibidos y otras cinco infracciones de seguridad vial, incluido el uso del teléfono móvil al volante. 

Las imágenes captadas por los agentes muestran a un conductor realizando varias conductas peligrosas simultáneamente, con el riesgo que ello supone en una vía ya de por sí tensionada.

Todo ello se produce en un contexto de preocupación creciente por la accidentalidad en la AP-7. En 2025, Tarragona acumula 29 víctimas mortales en carretera, diez de ellas en esta autopista y tres correspondientes a camioneros. 

Para frenar esta tendencia, Trànsit y el Departament d’Interior han avanzado medidas de choque, como la reducción del límite de velocidad a 100 km/h para turismos y 80 km/h para camiones, un refuerzo de drones y radares, y más controles específicos, mientras se trabaja en el futuro tercer carril del tramo del Ebre.