Movilidad
Empieza el límite de velocidad en el tramo del Ebre de la AP-7: camiones a 80 km/h y coches a 100
Aunque la consellera de Parlon anunció que la medida se aplicaría en un mes, la instalación de los nuevos señales verticales se ha completado en los últimos días, adelantando su puesta en marcha justo antes de la operación salida del puente de la Constitución

Nuevo panel informativo recordando el nuevo limite de velocidad de 100km/h en el tramo sur de la AP-7
El tramo sur de la AP-7 entre Calafat y Amposta ya cuenta con nuevos límites de velocidad: 80 km/h para camiones y 100 km/h para turismos. Aunque la consellera de Interior, Núria Parlon, anunció el pasado 20 de noviembre que la medida se aplicaría en un mes, la instalación de los nuevos señales verticales se ha completado en los últimos días, adelantando su puesta en marcha justo antes de la operación salida del puente de la Constitución, según han confirmado fuentes del Servei Català de Trànsit (SCT) a la ACN.
El movimiento vecinal Mai més peatges ha criticado la medida, asegurando que busca tapar la falta de inversiones en seguridad en la autopista. La decisión se anunció pocos días después de un accidente de un camión cisterna en l’Ampolla, que bloqueó la vía durante varios días, y de otro siniestro entre tres camiones que provocó la muerte de un conductor.
El tramo afectado se extiende entre los puntos kilométricos 288 y 332, desde Calafat, en el término de l’Ametlla de Mar, hasta Amposta. Según Parlon y el director del SCT, Ramon Lamiel, la medida se evaluará inicialmente hasta el 31 de marzo y se aplicará durante seis meses. Por el momento, solo afecta al sentido sur, donde las bajadas complican las frenadas, especialmente de los vehículos pesados, y se registra la mayoría de los accidentes graves.
La limitación forma parte del plan de choque del Govern para reducir la siniestralidad en este tramo, que ha registrado quince víctimas mortales este año, el doble que en 2024. Entre las medidas complementarias, se instalarán nuevos radares, se incrementarán los controles y las inspecciones, se impartirá formación específica para camioneros extranjeros que cambian permisos y se incorporarán tecnologías para detectar la fatiga.
El anuncio de la medida generó críticas entre transportistas y usuarios, quienes consideran que se les culpabiliza de la siniestralidad. Con la entrada en vigor, el movimiento vecinal Mai més peatges ha reiterado estas críticas.
“Es un fracaso de la administración, por mala gestión y planificación. Quieren pasar la culpa a la ciudadanía cuando el principal problema ha sido la negligencia política”, ha afirmado Llorenç Navarro, portavoz de la entidad. Navarro ha señalado la falta de inversión en seguridad, la necesidad de un tercer carril y la mejora de la N-340, así como de protocolos y mantenimiento de infraestructuras. “Las vallas están obsoletas y un tercer carril es urgente”, ha insistido.
El movimiento también reclama protocolos efectivos de seguridad en caso de accidente y denuncia que, mientras los ciudadanos deben cumplir normas, las administraciones responsables no han sido obligadas a comparecer en los juzgados tras denuncias previas.